Japón busca generar nuevos ingresos para promoverse como destino turístico y por ello la Agencia de Turismo está considerando introducir un «impuesto de salida», informó Mainichi Shimbun.
Por supuesto, proponer una idea de este tipo no es tan fácil como implantarla. Faltaría determinar, por ejemplo, cómo se recaudaría el impuesto, y existe la preocupación de un posible efecto negativo debido a que la estadía de los turistas extranjeros se encarecería.
En 2016, 24 millones de extranjeros visitaron Japón. Además, alrededor de 17 millones de japoneses viajaron al extranjero. En total, 41 millones. Si cada persona hubiera pagado mil yenes (9,09 dólares), Japón habría recaudado 41.000 millones de yenes (casi 373 millones de dólares).
Con este monto se podría haber reforzado la promoción del turismo y mejorado los sistemas de control de inmigración, según Mainichi.
La Agencia espera que el impuesto comience a cobrarse el próximo año fiscal.
Mientras tanto, está estudiando a los países que aplican este impuesto, como Corea del Sur, que grava la salida del país sea a través de un aeropuerto o de un puerto.
Muchos países europeos recaudan este impuesto mediante los pasajes de avión.
Otro reto de Japón es impulsar el turismo fuera de las grandes ciudades como Tokio y Kioto para fortalecer las economías regionales.
Japón tiene como meta recibir a 40 millones de turistas extranjeros en 2020, año en que Tokio albergará los Juegos Olímpicos y Paralímpicos. Para alcanzarla, se requieren mejores políticas de promoción turística. Y eso demanda dinero. (International Press)
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