Toshiba cotizó el lunes por última vez en la primera sección de la Bolsa de Tokio, de donde será degradada este martes por incumplir el plazo para presentar sus resultados financieros, que continúan sin obtener la aprobación de los auditores.
Las acciones del conglomerado de electrónica e infraestructuras cerraron un 2,84 % al alza, en 246 yenes (1,89 euros/2,22 dólares), lo que supone una caída total del 37,2 % desde el 27 de diciembre de 2016, cuando anunció por primera vez el deterioro multimillonario de sus operaciones nucleares.
Toshiba atraviesa problemas financieros por las pérdidas que le ha generado el hundimiento de su subsidiaria nuclear estadounidense, Westinghouse Electric, cuyo endeudamiento ha derivado en su quiebra.
La dificultad para obtener el visto bueno a sus cuentas ha hecho que la compañía retrase tres veces la presentación de sus resultados del año fiscal nipón de 2016, que se esperan para el 10 de agosto.
El gigante nipón ha ofrecido hasta ahora una estimación para el pasado ejercicio (que fue del 1 de abril de 2016 al 31 de marzo de 2017) en el que prevé ampliar sus pérdidas netas hasta 995.200 millones de yenes (7.666 millones de euros) y un patrimonio neto negativo de 581.600 millones de yenes (4.480 millones de euros).
Entre las medidas adoptadas por la compañía para solventar sus apuros económicos estuvo la escisión de su rentable rama de chips de memoria, la segunda de mayor cuota de mercado a nivel global tras la surcoreana Samsung Electronics, cuyas negociaciones de venta siguen abiertas y para la que está encontrando problemas.
La compañía, que aún estaba saneando sus cuentas tras destaparse en 2015 un fraude contable orquestado por su antigua directiva, había logrado recuperar parte de la confianza de los inversores y sus acciones estaban remontando en la Bolsa de Tokio. (EFE)
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