El jefe de las Fuerzas Terrestres de Auto Defensa (Ejército) de Japón, Toshiya Okabe, presentará hoy su dimisión por el escándalo de ocultación de datos sobre la misión de las tropas niponas en Sudán del Sur, adelantaron fuentes gubernamentales.
El general Okabe asumirá así la responsabilidad por este caso que también ha puesto contra las cuerdas a la ministra de Defensa, Tomomi Inada, quien según los medios locales tiene muchas posibilidades de ser apartada de su puesto dentro de la remodelación de Gabinete que prepara el primer ministro Shinzo Abe.
El caso se suma a una serie de escándalos de amiguismo que han hundido el respaldo popular a Abe hasta en torno al 30 por ciento, según diversas encuestas, lo que supone el peor bache del líder conservador desde que asumió el cargo a finales de 2012.
El jefe de las tropas japonesas fue uno de los altos cargos que decidió no revelar la existencia de registros que detallaban la compleja situación de seguridad que afrontó el contingente nipón en Sudán del Sur hasta su retirada el pasado mayo, según dijeron las antes citadas fuentes a la agencia local Kyodo.
Los registros están datados desde el verano pasado, cuando se recrudeció la guerra civil en el país africano y el contingente nipón, integrado en la misión de paz de la ONU, fue entonces autorizado a emplear las armas bajo determinadas condiciones.
Este cambio supuso la primera vez en que las tropas niponas podían recurrir a las armas en una misión exterior, en virtud del paquete legislativo sobre Defensa impulsado el año pasado por el Gobierno y cuya aprobación podría haberse visto comprometida por los datos ocultados.
Dicha reforma destinada a aumentar el peso internacional de las fuerzas japonesas supuso la modificación más importante en materia militar en Japón desde el final de la II Guerra Mundial, y dividió a la sociedad, puesto que para muchos japoneses la medida vulneraba el carácter pacifista de la Constitución nacional.
El Ministerio de Defensa está llevando a cabo una investigación interna sobre el escándalo y tiene previsto presentar el viernes sus conclusiones, mientras que aumentan las voces dentro y fuera del partido gobernante que reclaman la dimisión de la ministra Inada.
La política, que antes de verse afectada por este y otros escándalos era considerada como una de las figuras emergentes del Partido Liberal Demócrata (PLD), ha negado tener conocimiento de la ocultación de los registros, aunque los medios nipones han publicado informaciones que demostrarían lo contrario. (EFE)
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