El gobernador de la prefectura de Akita, Norihisa Satake, estaba jugando golf en la vecina prefectura de Miyagi cuando funcionarios de su gobierno le avisaron de las lluvias torrenciales que caían sobre Akita.
Sin embargo, Satake continuó jugando, mientras muchos habitantes de Akita se enfrentaban a inundaciones que los obligaban a abandonar sus casas para mantenerse a salvo.
Eso ocurrió el sábado 22 de julio. Días después, el gobernador se disculpó públicamente por no actuar de inmediato para auxiliar a sus ciudadanos.
En declaraciones recogidas por Asahi Shimbun, Satake se excusó diciendo que no le pareció que el asunto fuera tan grave debido a que no tenía “la imagen completa de la situación».
El 22 y 23 de julio, 573 casas en 17 ciudades y pueblos de Akita fueron arrasadas por las inundaciones y lluvias.
Ese sábado, Satake dejó su prefectura en un coche con tres amigos para jugar golf en un club en Miyagi y pasar la noche ahí.
Mientras tanto, en Akita comenzó a llover torrencialmente y las autoridades locales emitían órdenes de evacuación o advertencias ante los peligros.
Recién al día siguiente, después de un día de golf y tragos, Satake ordenó a un funcionario que organizara una reunión con otras autoridades, incluyendo a la policía, a las 11 de la mañana.
Para colmo, no llegó a tiempo al encuentro debido a un deslizamiento de tierra que retrasó su arribo.
Sí estuvo presente en una segunda reunión, en la que se responsabilizó por haber hecho un «juicio optimista» sobre la grave situación. (International Press)
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