Un grupo que exige la expulsión de las personas de origen coreano de Japón organizó una manifestación el domingo en la ciudad de Kawasaki. Lo que no estaba en sus planes es que otro grupo, más numeroso, de cientos de antirracistas logró que dieran marcha atrás, revela Asahi Shimbun.
Los antirracistas acudieron al parque de la paz Nakahara donde unos treinta racistas se habían reunido. Cercados y superados en número, estos tuvieron que retirarse. El mitin que habían organizado apenas duró diez minutos.
“Paren la discriminación” o “Los discursos de odio destruyen las almas de las personas” fueron algunas de las consignas que se escucharon o leyeron en las pancartas de los antirracistas.
Los policías asignados para controlar la situación hablaron con los racistas para recordarles que el año pasado entró en vigor una ley que establece que los discursos de odio son ilegales. Los aludidos, sin embargo, alegaron que manifestarse públicamente era un derecho básico y negaron que difundieran discursos de odio.
Algunos antirracistas, por su parte, expresaron su enfado con la policía por permitir que los anticoreanos pudieran manifestarse. Si el acto público no llegó a desarrollarse como estaba previsto no fue por la policía, sino por los antirracistas.
El hombre detrás de la frustrada manifestación anticoreana, según Mainich Shimbun, ha organizado más de diez mítines desde 2013. El sujeto promueve la “purificación” de Japón, empezando en Kawasaki. (International Press)
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