La sentencia mínima por violación se eleva de tres a cinco años.
Por primera vez se considera que un hombre puede ser víctima de una violación.
La pena mínima por violación con resultado de muerte sube de cinco a seis años.
Ya no es necesario que las víctimas presenten cargos para que el violador o delincuente sexual sea procesado (muchas violaciones en Japón no se denuncian debido a que las víctimas no presentan cargos por la carga emocional que deben soportar y el estigma que recae sobre ellas).
Estos son los principales cambios que se han introducido en la legislación penal japonesa que data de la era Meiji (1868-1912) y que han entrado en vigor el jueves para endurecer las sanciones contra los delincuentes sexuales, informó la agencia Kyodo.
Es la primera vez que se revisa el código penal desde su promulgación. La ley, en principio, puede ser aplicada de manera retroactiva.
Otro cambio importante: antes, los padres o tutores no podían ser acusados de abuso sexual si no había amenazas o el uso de la fuerza; ahora sí pueden ser castigados por el abuso sexual de menores de 18 años que están bajo su cuidado aunque no haya amenazas o violencia.
Pese a los avances, algunos expertos abogaron por mejorar los programas de rehabilitación para evitar la reincidencia, pues consideran que con el endurecimiento de las penas no es suficiente. (International Press)
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