El fabricante de airbags Takata se desplomó hoy un 50 % en la Bolsa de Tokio después de que un periódico japonés informase de que la compañía podría declararse en bancarrota tan pronto como el viernes.
Al descanso de la sesión las acciones de Takata caían un 51,64 % y se situaban en 118 yenes (0,95 euros/1,086 dólares), aunque llegaron a caer casi un 53 % una hora antes.
La brusca caída se produjo después de que el diario japonés Asahi informara de que la compañía tendría previsto declararse en quiebra mañana o el próximo lunes 26 de junio.
El periódico japonés también señaló que la directiva de Takata, incluido el presidente Shigehisa Takada, planea continuar hasta que finalice el proceso de reestructuración y posteriormente dimitir.
Ante las informaciones, Takata publicó un breve comunicado en el que aseguró que «actualmente ninguna decisión de ningún tipo ha sido tomada» y que la información será anunciada «a su debido tiempo».
El fabricante de airbags ha experimentado una fuerte caída de en torno al 70 % acumulado en las tres sesiones precedentes, en las cuales la cotización de sus títulos ha estado limitada por el exceso de órdenes de venta por parte de los inversores.
El regulador bursátil decidió ampliar hoy el límite de caída de las acciones de Takata hasta los 84 yenes (0,67 euros/0,75 dólares), lo que supondría un 65,6 % menos que el cierre del miércoles.
El desplome de esta semana se produce después de que el pasado viernes la Bolsa de Tokio suspendiera durante la jornada la cotización de Takata tras informarse de su inminente bancarrota, adelantada por Nikkei.
Takata tendría previsto acogerse al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras en Estados Unidos y emprender iniciativas similares en Japón y Europa para completar su declaración en bancarrota, que permitiría emprender una reestructuración de la empresa.
La encargada de abanderar el proceso sería la estadounidense Key Safety Systems, filial de la china Ningbo Joyson Electronic.
Takata atraviesa una delicada situación financiera desde que en 2014 detectara un fallo en los infladores de sus airbags localizado en el encapsulado metálico donde se aloja la bolsa, que puede abrirse con demasiada fuerza y proyectar fragmentos a los ocupantes.
El fallo, que está ahogando las cuentas de la compañía por los gastos multimillonarios de la sustitución de los dispositivos, las sanciones y las compensaciones, se ha ligado al menos a una quincena de muertes y afecta a vehículos de más de 10 fabricantes. (EFE)
Be the first to comment