«La amenaza del terrorismo en Japón se está convirtiendo en una realidad», dijo hace poco el presidente de la Comisión Nacional de Seguridad Pública, Jun Matsumoto.
Japón, que dentro de tres años albergará los Juegos Olímpicos de Tokio, está reforzando sus medidas de prevención, orientándose a la protección de recintos deportivos, distritos comerciales y salas de concierto, entre otros objetivos blandos que congregan a una gran cantidad de gente, informó Yomiuri Shimbun.
Después de los ataques terroristas de noviembre de 2015 en París, la policía japonesa instó a los administradores de espacios deportivos y salas de concierto a que fortalezcan sus medidas de seguridad voluntarias.
En este tipo de lugares, a diferencia de las instalaciones gubernamentales, cualquiera puede entrar.
En la mayoría de estos sitios la seguridad corre enteramente por cuenta de los organizadores de los eventos.
Un policía de alto rango afirmó que para «prevenir el terrorismo en el mundo moderno se necesita la fuerza del sector privado».
Un vocero de una asociación de espectáculos en vivo hizo un llamado para que la industria del entretenimiento y la deportiva cooperen para abordar el tema de la seguridad.
Mientras tanto, el gobierno de Tokio tiene previsto realizar ensayos de inspecciones de equipaje de mano desde junio en nueve instituciones, entre ellos el Museo de Arte Metropolitano de Tokio y el Teatro Metropolitano de Tokio.
En paralelo se están desarrollando sistemas tecnológicos que, por ejemplo, analizan comportamientos de masas para descubrir rápidamente anomalías en los movimientos de un gran número de personas, o detectan cuando alguien deja algo atrás, como una bomba colocada en un cubo de basura. (International Press)
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