Un equipo de expertos en deslizamientos de tierra ingresó hoy a la ciudad de Bungo-ono, en la prefectura de Oita al sur de Japón, para estudiar las fisuras de tierra que comenzaron a aparecer el pasado 16 de mayo y para asegurarse de que no se trata del aviso de un evento mayor.
El equipo de profesionales opina que la causa “son deslizamientos de tierra subterráneos que están ocasionando grietas en la superficie” que ya afectaron a 17 personas, que tuvieron que abandonar sus viviendas, caminos y zonas de cultivo.
En el distrito de Asajimachi, Watada en Bungo-ono, Oita se han encontrado 81 grietas, en donde el ancho de la abertura crece 4 milímetros por hora y a una velocidad que se está acelerando. Las fisuras se están deslizando poco a poco hacia el sur.
Aunque en estos momentos no hay signos de un gran deslizamiento de tierra subterráneo no se descarta la posibilidad de que ocurra. Ahora se calcula la profundidad del movimiento del suelo entre las grietas y se estudian operaciones de ingeniería para reducir el nivel del agua del subsuelo que estaría influyendo en los deslizamientos. (International Press)
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