En agosto de 2010, en un apato en la ciudad de Sagamihara, fue encontrado el cuerpo de una mujer china de 40 años. Había sido estrangulada el 13 de julio por su novio, el japonés Tomoyasu Takiya. La mujer era prostituta y habrían discutido por dinero.
Takiya huyó a Argentina en 2010, antes de que se supiera del crimen, y durante siete años logró mantenerse en libertad, hasta que el 15 de marzo fue arrestado por la policía argentina en Buenos Aires.
El 24 de marzo, el japonés de 45 años arribó a Japón, donde la policía lo detuvo por el robo de 10.000 yenes (88 dólares), monto que retiró del cajero de una tienda de conveniencia con la tarjeta de su novia el mismo día en que la asesinó.
Ahora el hombre ha sido imputado por asesinato. Takiya ha reconocido el robo, pero ha declinado hablar sobre la muerte de la víctima, según Tokyo Reporter.
El japonés fue identificado gracias a las imágenes de una cámara de seguridad cerca de la tienda.
Takiya, que era buscado por la Interpol, dormía en plazas y veredas de Buenos Aires, donde ganaba algo de dinero distribuyendo volantes de prostíbulos.
El japonés entró como turista a Argentina y se quedó en el país sudamericano como ilegal. (International Press)
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Por vivo y posible asesino te vas a la cana y que sea de por vida , la ley es igual para todos .
Cuando reencarnes no quisiera estar en tu pellejo.