El 16 de marzo pasado, un adolescente de 16 años tomó un taxi frente a la estación de Fukushima y le pidió al chofer que lo llevara hasta la ciudad de Hirosaki, prefectura de Aomori. Un viaje larguísimo.
Tan largo que tomó alrededor cinco horas. Cuando el taxi llegó a su destino, unos 400 kilómetros después, el chico se fue sin pagar la tarifa (incluyendo peaje) de 145.000 yenes (1.312 dólares).
La policía de Aomori anunció el arresto del adolescente, informó Tokyo Reporter.
¿Cómo el taxista, un hombre de 65 años, dejó ir al chico? Pues porque confió en él. Al culminar el servicio, el adolescente le dijo que iba a recoger el dinero para pagarle, pero nunca regresó.
El menor declaró a la policía que “quería retonar a casa”. (International Press)
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