El fabricante japonés de airbags se declaró hoy culpable ante un tribunal de Detroit (Michigan, EEUU) de defraudar a compañías de automóviles y a ciudadanos estadounidenses por instalar bolsas de aire defectuosas en unos 42 millones de vehículos en Estados Unidos.
Takata llegó a un acuerdo el pasado 13 de enero con el Departamento de Justicia de Estados Unidos por el que reconocía que defraudó, y se comprometió a pagar unos 1.000 millones de dólares en multas y compensaciones.
Hoy, Takata formalizó su declaración de culpabilidad ante el juez federal George Caram Steeh de Detroit.
El acuerdo estipula que Takata pagará 850 millones de dólares a los 19 fabricantes que han instalado sus airbags en automóviles y que se han visto forzados a reemplazarlos.
Además, abonará unos 125 millones de dólares a las víctimas de los airbags defectuosos.
Al menos 11 personas murieron en Estados Unidos, y más de 180 han resultado heridas, a consecuencia de la explosión de airbags de Takata.
Takata reconoció que instaló airbags que pueden explotar en el momento de su activación en unos 42 millones de vehículos en Estados Unidos sabiendo que el equipo era peligroso.
Según lo revelado por las autoridades estadounidenses, los airbag de Takata estaban producidos con un gas propulsor que con el paso del tiempo y elevadas temperaturas y humedad puede provocar la explosión de los infladores de la bolsa de aire.
La explosión de los infladores provoca la expulsión a gran velocidad de partículas metálicas que son las que causan heridas a los ocupantes del vehículo.
Además de la multa, tres antiguos altos ejecutivos de Takata, Shinichi Tanaka, Hideo Nakajima y Tsuneo Chikaraishi, están acusados de fraude electrónico y conspiración para cometer un delito. (EFE)
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