El 2 de mayo de 2011, una niña de un año que tenía convulsiones en todo el cuerpo fue llevada a un hospital en Gunma. Cuatro días después murió. La madre de la pequeña le dijo a un médico que su hija se había caído por las escaleras una semana atrás, pero que hasta antes de las convulsiones no había notado nada raro en ella.
Sin embargo, la madre dio una explicación diferente a la policía: la niña se había golpeado la cabeza con un escalón en la entrada de su casa.
Una autopsia determinó que la causa de la muerte había sido una hemorragia cerebral, y que el fuerte daño en el cerebro habría sido producto de un fuerte golpe en el cráneo.
La responsable de la muerte de la pequeña fue una mujer de 63 años llamada Junko Kitazume, a quien la madre llamaba “doctora”.
La policía arrestó a Kitazume por haber causado lesiones con resultado de muerte, informó Mainichi Shimbun.
Kitazume “trataba” en su apato a personas con dolor físico tocando las partes afectadas. A cambio de su “servicio”, recibía dinero.
Una de las clientas de esta mujer era la madre de la niña, que empezó a llevar a su hija poco después de que nació.
La mujer atacaba a la niña para sacarle el “demonio” que tenía dentro. De acuerdo con un testigo, golpeaba la cabeza de la pequeña contra el piso diciendo “hay un demonio ahí” y le metía un dedo dentro de la garganta. (International Press)
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