Música que entra por los ojos: míticas portadas de discos inolvidables

Más de 270 pintores y diseñadores en esta obra con 500 míticas portadas.

Dance la conga, de Alex Steinweiss en 1940. La primera portada diseñada.

Por Javier Herrero/EFE

Portadas míticas firmadas por artistas de la talla de Dalí, Warhol o Jeff Koons demuestran que el arte de los discos no se limita a su escucha y que constituyen un reflejo de las corrientes pictóricas, aspecto sobre el que incide una voluminosa nueva guía con lo mejor de la música que entra por los ojos.


«Art Record Covers», última gran producción de Taschen, llega avalada por el sello de Julius Wiedemann, responsable de otros títulos para esta editorial como «Ilustration Now!», «Logo Design» o «Jazz covers», y ha sido escrita por Francesco Spampinato, experto en historia del arte contemporáneo, además de artista visual.

Más de 270 pintores y diseñadores figuran en esta obra con 500 portadas de discos seleccionadas de un catálogo total de 3.000 piezas, desde 1950 hasta el presente, que han definido la relación «excitante» entre la música y las artes visuales, incluida la forma en que vemos los sonidos.

La propia palabra «álbum» deriva del embalaje de cartulina que, a semejanza del material de los álbumes de fotos, se utilizaban para guardar discos antes de la II Guerra Mundial, como señala este manual, que también recuerda que el primero en presentar una portada ilustrada fue «Dance la conga», de Alex Steinweiss en 1940.


Convencidos de la trascendencia comercial del componente gráfico, ocho años después la industria musical se volcó de lleno en el arte como medio de lanzamiento de un nuevo formato, el LP, estrategia que se ha mantenido en el tiempo, explorando todas sus posibilidades como vía de expresión añadida al contenido.

«Art Record Covers», que se presenta en edición trilingüe (inglés, francés y alemán) incide precisamente en la tesis de que el disfrute del arte no tiene por qué circunscribirse a las paredes de una galería o museo y en que, además, es una forma de coleccionismo asequible.

 


Lonesome echo – Jackie Gleason, de Dalí.

Salvador Dalí, que ya había trabajado para la publicidad, fue uno de los primeros en atisbar sus posibilidades de penetración popular e ilustró un álbum de Jackie Gleason («Lonesome echo»), mientras el marchante de arte Daniel Saidenberg utilizó dibujos de Picasso, a quien representaba en EE.UU., en cinco discos con grabaciones clásicas interpretadas por una orquesta que él mismo formó.


De todos los géneros, probablemente el que mejor supo confluir con la música fue el «pop art». Dos ejemplos claros son el célebre disco «The Velvet Underground y Nico», con la banana de Andy Warhol, y el «Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club» de The Beatles, obra de Peter Blake & Jann Haworth.

 

The Velvet Underground y Nico de Andy Warlho.

Precisamente «The Fab Four» fueron responsables de otra portada icónica a las puertas del arte conceptual, la del álbum blanco, un terreno en el que abundaron posteriormente Lennon y Yoko Ono y artistas como Sol LeWitt («Music in twelve parts: parts 1&2», de Philip Glass).

También la fotografía ha jugado un papel determinante. Ahí quedan las imágenes del estadounidense Robert Mappelthorpe para Patty Smith o de Nobuyoshi Araki para Björk («Telegram»), sin ir más lejos.

 

Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club – The Beatles de Peter Blake & Jann Haworth.

El número de grandes figuras que han saltado esporádica o habitualmente a las cubiertas de los discos es apabullante. Entre ellos está Roy Lichtenstein («I cry for you», de Bobby «O») o el español Joan Miró (Salvador Espriu/Raimón, «Cançons de la roda del temps»).

Como curiosidad, entre las portadas plasmadas por esta obra figura otra con sello español, la que Andy Warhol realizó para el disco «Milano-Madrid» de Miguel Bosé.

 

Milano-Madrid – Miguel Bose de Andy Warlho.

En su selección no faltan fenómenos actuales, como Banksy («Think tank», de Blur), Keith Haring («Without you», de David Bowie), Julian Schnabel («By the way», de RHCP, y «The big picture», de Elton John), Damien Hirst («I’m with you», de Red Hot Chili Peppers) o Jeff Koons («Artpop», de Lady Gaga).

Hasta el manga se infiltra entre sus páginas gracias a «Graduation», disco de Kanye West cuya portada corrió a cargo de Takashi Murakami.

 

Portada para I cry for you, de Bobby O.

«Thurston (Moore, su exmarido y miembro de Sonic Youth) y yo estábamos muy orientados hacia el componente visual y nuestros discos constituían una gran oportunidad para mostrar al público ciertos trabajos artísticos que, de otro modo, no habría conocido», destaca la músico, artista visual y ensayista Kim Gordon en una de las entrevistas del libro.

En otra, Shepard Fairey, responsable de la campaña gráfica «Hope» para Barack Obama en 2008, incide en uno de los aspectos que, en definitiva, más definió la trascendencia de la relación entre portadas y contenido: «En los años 80 compré muchos discos sin oirlos, solo por la promesa que representaba una gran carátula». EFE

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