Un robot ha logrado introducirse por primera vez dentro del reactor número dos de la accidentada central nuclear de Fukushima para evaluar su estado y filmar el interior, lo que supone un paso clave hacia su complicado desmantelamiento.
Las imágenes, junto a otros datos captados por sensores del aparato como la temperatura y nivel de radiación en el núcleo del reactor, permitirán diseñar métodos para la retirada segura del combustible gastado, según confirmó a Efe una portavoz de la empresa operadora de la planta, Tokyo Electric Power (TEPCO).
Los reactores 1, 2 y 3 sufrieron fusiones parciales de sus núcleos a raíz del desastre que originó el terremoto y el tsunami de marzo de 2011, y conocer el estado exacto de las barras de combustible radiactivo es fundamental para su manejo y retirada.
En el caso de la unidad 2, se cree que el combustible se fundió lo suficiente como para perforar la vasija de presión y acumularse en el fondo de la de contención.
El vídeo captado por el robot y distribuido por TEPCO muestra una plataforma metálica bajo la vasija de presión, en la que puede observarse una sustancia oscura que podría proceder de las barras de combustible nuclear.
El robot, desarrollado por la compañía tecnológica nipona Toshiba y con forma de escorpión, logró introducirse en el reactor a través de una tubería el jueves tras un intento fallido dos días antes, cuando la cámara que portaba quedó obstruida dentro del conducto.
Desde agosto de 2015, los técnicos de TEPCO habían intentando sin éxito realizar esta operación en varias ocasiones, debido a la presencia de escombros que bloqueaban las vías de acceso para el aparato o a los altos niveles de radiación detectados en uno de los puntos desde el que se operaba remotamente al robot.
El dispositivo mide aproximadamente 54 centímetros de largo por 9 centímetros de ancho y alto para poder moverse a través de conducciones de unos 10 centímetros de diámetro.
Está equipado con cámaras CCD y luces LED acopladas para filmar el interior de los reactores y también con medidores de radiación.
En febrero, TEPCO tiene previsto introducir a un segundo robot dentro del reactor para realizar comprobaciones adicionales.
La retirada de combustible es el proceso más complejo dentro de las labores de desmantelamiento -que llevarán de tres a cuatro décadas- de la central, escenario del peor accidente nuclear desde el de Chernóbil (Ucrania) en 1986. (EFE)
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