El primer ministro japonés, Shinzo Abe, ha elevado la presión sobre el sector privado del país para promover subidas salariales con el fin de acabar con la deflación crónica que afecta a la tercera economía mundial, informaron hoy los medios nacionales.
Por cuarto año consecutivo, Abe pidió a los ejecutivos de las principales empresas del país que apliquen aumentos en los sueldos base de sus empleados, en una reunión celebrada en la víspera y recogida hoy por los medios japoneses.
«Las subidas salariales el próximo año son clave para continuar el ciclo de crecimiento económico», señaló en el encuentro el líder conservador, quien añadió que estos aumentos «deben ser al menos tan cuantiosos como los de 2016», en declaraciones recogidas por la agencia Kyodo.
El incremento salarial es uno de los engranajes para el llamado «Abenomics», el programa económico del Gobierno, que aspira a crear un círculo de crecimiento en beneficios corporativos, sueldos y consumo para poner fin al ciclo deflacionario que Japón padece desde hace casi dos décadas.
Durante los últimos tres años, las grandes empresas japonesas de automóviles o electrónica han concedido aumentos a sus empleados con contratos indefinidos, pero éstos no han sido suficientes para incentivar en términos generales el consumo, principal motor de la economía nacional.
El problema continúa siendo que muchas pequeñas y medianas empresas no tienen la capacidad para ofrecer estos aumentos, además del número creciente de empleados con contratos de duración limitada, cuyos ingresos medios son inferiores a los de los empleados fijos.
En este sentido, Abe hizo un llamamiento específico a las pymes -que dan trabajo al 90 por ciento de los empleados en el país asiático- para que hagan «esfuerzos» salariales.
Rengo, la principal confederación de sindicatos del país, tiene previsto solicitar subidas salariales en las negociaciones con las patronales para el ejercicio 2017, que comenzarán el próximo abril.
No obstante, el presidente de la patronal japonesa Keidanren, Sadayuki Sakakibara, se mostró más cauto y señaló que la organización «no está en posición de hacer una petición fuerte sobre subidas salariales», según recoge el diario Nikkei.
Esto se debe a la «incertidumbre» que afrontan las empresas japonesas por la volatilidad en los mercados de divisas, que tiene un impacto notable en sus resultados, y a la victoria de Donald Trump en los comicios presidenciales de EE.UU., explicó Sakakibara.
En 2015, el sueldo mensual medio en Japón aumentó un 0,2 por ciento interanual en términos nominales, aunque descendió un 0,1 por ciento en términos reales (incluyendo el efecto de la inflación), lo que supone la quinta caída interanual consecutiva. (EFE)
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