En agosto de 2015, el gigante de la publicidad Dentsu recibió una advertencia de la Oficina de Trabajo de Tokio por forzar ilegalmente a sus empleados a trabajar largas horas.
El aviso no tuvo ningún efecto, al menos para Matsuri Takahashi, pues cuatro meses después, en diciembre, la joven de 24 años, extenuada física y mentalmente, se suicidó por exceso de trabajo. La mujer, que ingresó a Dentsu en abril de 2015, llegó a trabajar más de 100 horas extra al mes.
Después de recibir la advertencia, la compañía japonesa implantó un día de «no zangyo” (no horas extra) e incentivó a sus trabajadores para que tomaran licencias pagadas, revela Japan Today.
¿Qué ocurrió entonces con Matsuri? «Lamentamos la falta de atención sobre el hecho de que era una nueva empleada y que hubo un aumento rápido en su carga de trabajo», dijo Dentsu a través de un comunicado.
El caso ha tenido un gran impacto mediático y llegado a la Dieta, donde algunos legisladores han pedido que las prácticas laborales de la compañía nipona sean investigadas a fondo. (International Press)
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