Brasileños afirman que Río 2016 superó a Barcelona 1992 y Tokio 1964
El alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, aconsejó a los organizadores de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 que hagan lo que quieran, porque en ningún caso le van a quitar la cita deportiva.
«Haz lo que tengas que hacer, que no te van a quitar los Juegos», dijo Paes, apelando a las autoridades japonesas, durante una rueda de prensa en la que hizo balance de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos.
El responsable de la urbe brasileña orientó a la capital nipona a «no hacer cosas locas» con la arquitectura sino proyectos «simples» y le invitó a seguir su ejemplo, de hacer unos Juegos que «cambien la ciudad».
Río 2016 fue criticado antes de los Juegos por algunas alteraciones en el proyecto olímpico que desagradaron a las federaciones deportivas y por no haber cumplido promesas como la descontaminación de la bahía de Guanabara, donde se realizaron las pruebas de vela.
Con cierta ironía, Paes dijo que «a pesar del caos anunciado, del zika a bacterias asesinas», «salió todo bien» en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos.
«Fueron años difíciles, desafiantes que sirvieron para mostrar al mundo que este país sí tiene capacidad de entregar las cosas», dijo Paes.
Esta visión fue compartida por el presidente del comité organizador local Río 2016, Carlos Arthur Nuzman, que afirmó que «la misión fue cumplida».
Ambos dirigentes subrayaron que esta edición de los Juegos fue una de las que más ha contribuido a transformar una ciudad y, en la óptica de Nuzman, Río superó en este aspecto a Barcelona, que acogió los Juegos en 1992, y a Tokio, que los organizó en 1964 cuando estaba en plena recuperación tras la Segunda Guerra Mundial.
Nuzman también elogió a la «maravillosa» afición local, a pesar de que fue muy criticada por los abucheos que fueron habituales a los rivales de los deportistas brasileños. (EFE)
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