Presidente paraguayo destaca el trabajo, sacrificio y disciplina de los inmigrantes
La visita a Paraguay de la princesa Mako, nieta del emperador Akihito de Japón, rubricó hoy los actos por el 80 aniversario de la llegada de los primeros inmigrantes nipones al país, un hito que marcó el inicio de la relación entre ambos países.
Mako, de 24 años, presidió hoy el acto central por el 80 aniversario de la inmigración japonesa a Paraguay, que se inició en 1936, cuando una treintena de personas, que habían emigrado primeramente a Brasil desde Japón, se instalaron en la comunidad de La Colmena, a unos 130 kilómetros de Asunción.
Pocos meses más tarde, y tras la experiencia de esta primera misión de avanzada, cerca de un centenar de personas llegaba directamente desde Japón a la comunidad de La Colmena, donde se dedicaron principalmente a la agricultura.
En su discurso de hoy viernes ante autoridades paraguayas y representantes de la comunidad japonesa en el país, Mako rindió homenaje a estos primeros emigrantes, cuya llegada a Paraguay se vio interrumpida en 1941 con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, y se reanudó nuevamente tras la contienda.
La nieta del emperador japonés resaltó la ayuda humanitaria brindada por Paraguay a Japón cuando el país asiático fue víctima de catástrofes como terremotos o tsunamis, una atención que fue retribuida por Japón cuando Paraguay sufrió las consecuencias de las graves inundaciones de 2014.
Por su parte, el presidente paraguayo, Horacio Cartes, destacó en este acto el trabajo, sacrificio y disciplina de los primeros inmigrantes japoneses, que se enfrentaron a la agreste selva paraguaya y a la falta de caminos e infraestructuras para cultivar la tierra.
Cartes destacó que hoy la colectividad japonesa, integrada por unas 10.000 personas en todo el país, se dedica al comercio y la industria, aunque muchos nikkei (descendientes de japoneses) permanecen todavía en las antiguas colonias campesinas fundadas por los primeros inmigrantes en el interior del país.
Agregó que las empresas japonesas, como los astilleros o las fábricas de piezas de automóviles, llevan décadas instaladas en Paraguay, y agradeció el apoyo de la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA), que permitirá impulsar la infraestructura del Corredor de Exportación en la región oriental.
Tras este acto, Mako mantuvo una serie de entrevistas con integrantes de la comunidad japonesa en Paraguay, así como con personalidades paraguayas afines a Japón, como el músico Luis Szarán, o el diputado Ramón Romero, presidente de la Comisión Parlamentaria de Amistad con Japón.
Con estos actos se cierra su estancia en Asunción, durante la cual la princesa, museóloga de formación, recorrió espacios culturales como la Casa Museo de la Independencia, donde se fraguó la independencia de Paraguay de la Corona española en 1811.
También observó artesanías tradicionales paraguayas, como la filigrana de plata o el tejido de encaje ñandutí, y visitó la colección de cerámica autóctona expuesta en el Museo del Barro.
Mako mantuvo además una audiencia con Cartes en la residencia presidencial de Mburuvicha Róga, y recibió las llaves de la ciudad de Asunción de manos del intendente de la capital, Mario Ferreiro.
Mañana, la princesa viajará al interior del país para visitar comunidades japonesas como La Colmena, primer asentamiento de nipones en Paraguay, o las de Federico Chávez y Pirapó, en el departamento sureño de Itapúa.
Posteriormente, en la zona este del país, Mako visitará la comunidad japonesa de Yguazú y la presa de Itaipú, compartida entre Paraguay y Brasil y considerada una de las hidroeléctricas de mayor producción del mundo.
La visita de Mako a Paraguay consolida la relación del país sudamericano con la familia imperial japonesa, después de la visita del emperador Akihito en 1978, y de las visitas de diferentes príncipes japoneses para conmemorar sucesivos aniversarios de la migración de japoneses al país, la última de ellas, en 2006. (EFE)
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