La compañía japonesa no se retira del smartphone, pero quiere utilizarlo en nuevas tecnología que interconecten el hogar con el mundo.
En vistas de que la competencia en el negocio móvil es «muy dura», Sony Mobile ha decidido reorientar su actividad hacia un nuevo «campo de batalla», el del internet de las cosas y su hogar conectado, donde tendrá que volver a verse las caras con Apple y Samsung.
«Los teléfonos inteligentes siguen siendo una gran área en nuestro tablero de juego, pero han entrado muchos competidores y el mercado es muy duro. Para cambiar ese escenario necesitamos crear productos radicalmente diferenciadores», explica en una entrevista con Efe el consejero delegado de Sony Mobile, Hiroki Totoki.
No es que Sony abandone la telefonía, pero indagará nuevas formas de interactuar con la tecnología y nuevas maneras «inteligentes y más naturales» de utilizarla para relacionarnos con el entorno.
«Nuestro campo de batalla ha cambiado un poco y queremos ser los pioneros de este tipo de productos. (…) Sin duda el hogar es uno de nuestros mercados potenciales», incide Totoki, cuyo objetivo prioritario como consejero delegado es hacer de Sony Mobile una compañía «saneada».
Y es que esta división ha sido una de las ovejas negras del grupo nipón, con pérdidas recurrentes (en el último trimestre registró una caída del 14,7 % en las ventas con respecto al mismo periodo del año anterior) y sin lograr posicionarse como una de las marcas de referencia en el negocio de los «smartphones».
Para la consultora IDC, al contrario que Apple, Sony no ha sido capaz de crear un ecosistema fluido entre sus distintos dispositivos (televisores, teléfonos, tabletas) ni ha apostado, como Samsung, por invertir en el punto de venta. Además, ha sufrido la presión de los fabricantes chinos, con terminales solventes y económicos.
«Tenía todo lo necesario para tener éxito en esta industria: una marca fuerte, contenido de música y cine, PlayStation,… pero tardó mucho a la hora de integrarlo todo en un único dispositivo. Y no hay que olvidar que su estrategia como fabricante de móviles es muy reciente porque hasta hace pocos años era parte de una ‘joint venture’ con Ericsson», explica el analista de la consultora IDC Francisco Jerónimo.
En telefonía, el enfoque de Sony Mobile ha sido la gama alta y aunque ha repetido hasta la saciedad que la cuota de mercado nunca ha sido una obsesión, sí lo es la rentabilidad y se hace necesario salir de esa tierra de nadie.
Su primer paso para sortear el dilema de reinventarse o morir ha sido dar carpetazo a la serie Xperia Z, su buque insignia hasta la fecha. Sus nuevos teléfonos estarán bajo la denominación Xperia X, tendrán «mayor inteligencia», según Totoki, y se centrarán en tres pilares: el diseño, la cámara y la batería.
Para el analista de IDC, Sony tiene «que mantener el negocio porque el ‘smartphone’ es la puerta de entrada a todo lo demás».
«Si no tienen teléfonos, cómo van a competir con esas otras compañías que están intentando dominar el salón, porque la verdadera batalla es la de dominar el salón, controlar la experiencia completa. Es lo que Apple y Samsung están tratando de hacer», reflexiona Jerónimo, para quien el viraje de Sony Mobile hacia el internet de las cosas tiene mucho sentido.
¿Y cómo se materializa ese internet de las cosas en la compañía nipona?
El consejero delegado de la división móvil quiere una interacción más natural con la tecnología -a través del oído y de la vista, sin ocupar las manos- y una menor dependencia de la pantalla del teléfono.
Se trata, en definitiva, de aumentar el número de experiencias alrededor del «smartphone» sin que sea necesario asirlo todo el tiempo.
«Es una paradoja: más tecnología para hacerte más humano», resume el responsable de comunicación de Sony Mobile en Europa, Luis Díaz. EFE
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