La «escucha activa» mejora las relaciones interpersonales y nos enseña a respetar el sentimientos de los demás sin juzgar ni descalificar.
“¡Para qué te voy a contar si no me comprendes!”. Seguramente no eres la única persona que ha recibido esta respuesta nada agradable cuando tan solo deseabamos saber cómo le fue a nuestra pareja o amigo y darle un consejo.
Son palabras que duelen, pero con un significado: ¿qué será lo que nos quiere decir? ¿Porqué esa persona siente que no la comprendemos?
Primero, sepamos qué significa «comprender». Según el diccionario: «Encontrar justificados o naturales los actos o sentimientos de otro».
Si aplicamos este concepto a las relaciones interpersonales, debemos en primer lugar escuchar: sí, escuchar con todos nuestros sentidos. No tan solo captar con los oídos sino también con la vista, a veces el tacto, voz y hasta con nuestros gestos y expresión corporal.
Para que la persona se sienta comprendida, debemos hacerle saber que hemos tomado atención. Esto puede ser a través de un “te comprendo” sea hablado o a través de una sonrisa, una palmada o un gesto como tomarle de la mano. Se trata de decirle que nuestro interés no es superficial sino que se adentra en los sentimientos que yasen en su interior.
Una persona que se siente comprendida y escuchada va a experimentar una sensación de bienestar, satisfacción y serenidad que le ayudará a seguir hacia su siguiente paso.
A esta manera de atender a una persona y dar señales de comprensión se le llama “escucha activa”, un proceso que se rompe si cometemos los siguientes errores al momento de escuchar:
- Cuando nos apresuramos a dar un consejo.
- Cuando juzgamos.
- Cuando rechazamos sus emociones.
- Cuando le interrumpimos para dar nuestro punto de vista.
- Cuando cuentas tu historia para dar una lección.
- Cuando le mostramos compasión con palabras como “pobrecita”.
Aunque la intención sea ayudar con consejos y nuestra opinión, el efecto en la otra persona será de profunda incomprensión.
La actitud de la “escucha activa”, que originalmente era un concepto de la consejería psicológica, actualmente es aplicada ampliamente en el campo empresarial, cuidado de ancianos, relaciones de pareja, solución de conflictos y etc. por su efectividad para establecer mejores relaciones humanas. Vale la pena probarlo en su vida.
(*) Psicóloga clínica radicada en Japón. Contacte con ella llamando al 090-2245-4021 o por correo electrónico: consultas@hotmail.co.jp
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