La capital, Washington DC, está desde el mediodía del viernes en máxima alerta y el sábado sufrió la peor fase de la tormenta.
Una gran tormenta de nieve y fuertes vientos paralizó este sábado diez estados de la costa este de Estados Unidos y dejó al menos 18 muertos, decenas de heridos y centenares de personas atrapadas durante horas en las carreteras.
La tormenta sorprendió a la ciudad de Nueva York, que pasó en pocas horas de esperar efectos menores a prohibir el tráfico rodado hasta el domingo a primera hora ante el pronóstico de una nevada histórica que ya ha superado los 63 centímetros, la tercera mayor desde el inicio de los registros en 1869.
La ciudad más poblada del país suspendió el metro exterior, la isla de Manhattan cerró los túneles y puentes que la conectan, y hasta se quedó sin uno de sus iconos: todos los espectáculos cancelados en Broadway, la gran avenida de los teatros.
La capital, Washington DC, está desde el mediodía del viernes en máxima alerta y el sábado sufrió la peor fase de la tormenta, con violentos vientos, visibilidad casi nula, grandes acumulaciones de nieve y temperaturas gélidas en descenso hasta mínimas cercanas a los menos 20 grados centígrados.
El metro de Washington, que sirve a los vecinos estados de Virginia y Maryland, estará cerrado al menos hasta el lunes y la alcaldesa de la ciudad, Muriel Bowser, rogó hoy a los ciudadanos que se queden en casa y dejen trabajar a las máquinas quitanieves.
La capital, con 43 centímetros registrados en el aeropuerto Ronald Reagan y 71 en el Dulles, vive su peor nevada en 94 años, desde el récord de 71 centímetros alcanzado en 1922.
La tormenta ha afectado enormemente al tráfico aéreo, con más de 12.000 cancelaciones y la previsión de que los vuelos no comiencen a reprogramarse hasta el lunes en varios aeropuertos principales.
En doce estados de la costa este, de Carolina del Sur a Nueva York, el mal tiempo obligó a desplegar 2.372 efectivos de la Guardia Nacional, 490 de ellos en Virginia.
Virginia, con acumulaciones históricas de nieve, registró más de 1.000 accidentes de tráfico, con un saldo de un muerto y decenas de heridos.
La mayoría de las muertes relacionadas con la tormenta, 12, se produjeron en las carreteras, debido a las peligrosas condiciones provocadas por la nieve, el hielo, los fuertes vientos y la escasa visibilidad.
Otras dos personas fallecieron a causa de una hipotermia y cuatro perdieron la vida mientras retiraban nieve, una tarea que requiere un gran esfuerzo físico, posiblemente por un ataque al corazón.
El balance de víctimas confirmadas por las autoridades es el siguiente: Virginia (3), Tennessee (2), Ohio (1), Carolina del Norte (6), Maryland (1), Kentucky (2) y Nueva York (3).
Entre los muertos, un niño de 4 años que falleció al chocar el vehículo de emergencias en el que viajaba junto a su familia y otros niños y adultos. Les habían rescatado después de que sus coches quedaran varados en una autopista interestatal de Carolina del Norte.
Una de las pesadillas que dejó la tormenta es la de los centenares de personas que terminaron atrapados durante horas en autopistas de Kentucky, Virginia Occidental y Pensilvania, estado en el que decenas de personas estuvieron bloqueadas durante más de 24 horas.
La tormenta ha dejado, no obstante, algunas notas curiosas y tiernas, como la imagen del panda gigante Tian Tian gozando con la nieve en el Zoo de Washington o la de la solemne guardia bajo la tormenta de los centinelas que guardan la tumba al soldado desconocido sin interrupción desde 1937 en el cementerio nacional de Arlington, en Virginia.
Se espera que la nieve y el viento vayan cesando a lo largo del domingo, cuando comenzará la complicada vuelta a la normalidad tras la que sin duda ya es una tormenta de la que se hablará durante generaciones. EFE
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