«El chico y la bestia», de Mamoru Hosoda, sorprende en festival de cine
El preciosista cine de animación del japonés Mamoru Hosoda, con «El chico y la bestia» inundó hoy el Festival de San Sebastián de belleza y optimismo frente al futuro distópico de la británica «High Rise» y la rebelión adolescente de «El apóstata», del uruguayo Federico Veiroj.
Por primera vez en las 63 ediciones del certamen donostiarra, el anime japonés estuvo presente en la competición oficial con el cine de Hosoda, con una dulce historia tradicional, en contraste con el sexo, la violencia y la locura de las otras propuestas del día.
«El chico y la bestia» es la historia de un niño de 9 años, Ren, que pierde a su madre en un accidente y decide vivir solo ante la imposibilidad de encontrarse con su padre, divorciado de su madre y ausente de su vida.
«Todas mis películas hablan sobre la dificultad de las personas por encontrar su sitio; en las dos anteriores -explica Hosoda, el creador de la popular serie televisiva Digimon-, son niños buscando su identidad».
Mamoru Hosoda, ampliamente reconocido por su obra «Los niños lobo» (2012), agradeció a San Sebastián la valentía de seleccionar su película para la sección oficial: «Es un honor estar aquí. Ha llegado el momento en el que no hay distinción entre la animación y otra que no lo sea».
En este largometraje, de dibujos en su mayoría animados a mano, el protagonista es el alter ego de Ren, Kyuta, que vive en un mundo imaginario habitado por bestias que le ayudan a crecer, a madurar y hacerse fuerte valorando la importancia del otro y la necesidad de compartir.
Aunque el mensaje, apunta Hosoda (cansado de explicar que busca su estilo propio al margen del maestro Miyazaki, pero en el que es imposible no pensar al ver la película), es «que todo depende de ti».
Con un sonido realmente impactante, «El chico y la bestia» se apoya en una ensoñación provocada por la ballena de Moby Dick, un libro que a Hosoda le ayudó a estudiar cuando era niño y que a su protagonista le guía para entender que los principales enemigos están en el interior de cada uno.
Un solo «pero» a su nuevo filme: Hosoda no supo explicar a Efe por qué solo aparece un personaje femenino en la historia, una niña que, además, era un niño en el guion original.