Ya es hora de considerar una mayor aceptación de los extranjeros, dice Ministerio de Justicia
El Ministerio de Justicia japonés ha elaborado un plan de control de la inmigración a largo plazo que subraya la necesidad de que Japón considere admitir un mayor número de ciudadanos extranjeros, incluyendo mano de obra no calificada, informó la agencia Kyodo.
En un contexto de alerta por la escasez de mano de obra debido al declive de la población y el aumento de la demanda laboral con miras a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, el actual plan del Ministerio de Justicia va más lejos de lo que propuso hacer para expandir la inmigración en 2010.
El plan, el quinto desde 1992, establece medidas sobre inmigración y estatus de residencia de los extranjeros para los próximos cinco años.
Actualmente, los extranjeros pueden solicitar el estatus de residentes en Japón de acuerdo con 27 categorías (actividades diplomáticas, artes, estudios, etc.), según las leyes de control de la inmigración y de reconocimiento de los refugiados.
Para empleos en servicios médicos, educación, tecnología y otros campos especializados, se concederá el estatus de residencia por un período de hasta cinco años y, normalmente, será renovable.
El cuidado de la salud es un tema particularmente sensible para el gobierno de Japón ante el rápido envejecimiento de la población. Por ello, el plan demanda que se intensifiquen los esfuerzos para admitir a trabajadores extranjeros como enfermeros o cuidadores.
En líneas generales, el Ministerio de Justicia, a través de su nuevo plan, se muestra más receptivo a la idea de abrir las puertas del país a los trabajadores extranjeros, pues hace hincapié en que ya es hora de que se considere en Japón una mayor aceptación general de ciudadanos extranjeros, incluyendo mano de obra no calificada.
Con respecto a los refugiados, plantea añadir una nueva categoría para aceptar a solicitantes de asilo y ser más eficiente en la revisión de las solicitudes para acoger a los que realmente necesitan protección.
La nueva categoría contemplaría casos como los de las mujeres en algunos países africanos que son víctimas de abuso físico debido a su género.
Por otro lado, el Ministerio de Justicia afirma que el actual método de control de inmigración, que requiere la toma de huellas dactilares y la fotografía del rostro de los visitantes extranjeros, ha tenido «un efecto considerable» como medida para frenar el terrorismo.
Desde su implantación en 2007 hasta el año pasado, se les impidió la entrada al país a aproximadamente 5.200 ciudadanos extranjeros. (International Press)
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