Los sensores de imagen volvieron a ser la clave del éxito
El grupo multinacional nipón Sony anunció que ha triplicado su beneficio neto en el primer trimestre del ejercicio, señal de que el complejo plan de reestructuración impulsado por el presidente Kazuo Hirai comienza a dar sus frutos.
Entre abril y junio, primer cuarto del año fiscal japonés, la ganancia neta de la empresa con sede en Tokio alcanzó los 82.400 millones de yenes (605 millones de euros), lo que supone un 207,5 por ciento más con respecto al mismo periodo de 2014.
Su beneficio operativo creció además un 38,8 por ciento hasta 96.900 millones de yenes (712 millones de euros), pese a la disminución (apenas un 0,1 por ciento en términos interanuales) de sus ingresos por venta, que quedaron en 1,8 billones de yenes (13.231 millones de euros).
El proceso en el que Sony está inmerso desde 2013, y en el que se incluye por ejemplo su costosa salida del negocio de los ordenadores personales, parece estar encaminado, tal y como explicó en una rueda de prensa en Tokio el vicepresidente del grupo, Kenichiro Yoshida.
«Estamos viendo el resultado de las reformas estructurales que hemos venido llevando a cabo hasta ahora. Entre tanto estamos lanzando nuevos productos, como por ejemplo cámaras que responden perfectamente al espíritu y al estilo de Sony. Sin embargo, es cierto que aún queda mucho que hacer», explicó.
De hecho, la rama de imagen, que ha languidecido en los últimos tiempos, incrementó la facturación en un 3,5 por ciento interanual y la ganancia operativa en un 22,2 por ciento merced a una mejora del catálogo de cámaras que refleja «el giro de la empresa hacia modelos de gran valor añadido», según explicó Sony en un comunicado.
Sin embargo, fue su división de componentes la que brilló nuevamente, al incrementar el saldo operativo en un 163,8 por ciento hasta los 30.300 millones de yenes (222 millones de euros) y facturar 237.900 millones de yenes (1.745 millones de euros), un 35,1 por ciento más.
En esta rama, los sensores de imagen volvieron a ser la clave del éxito.
Estos semiconductores, empleados en cámaras digitales, teléfonos inteligentes o tabletas, vienen experimentando una sólida demanda y la empresa anunció un desembolso de capital de 210.000 millones de yenes (1.540 millones de euros) para este departamento en este curso.
Además de la continuada debilidad del yen frente al dólar, lo que brinda una ventaja competitiva a Sony para sus productos fabricados en Japón, una serie de ajustes contables y en la cartera del grupo también ayudaron a mejorar la hoja de resultados.
Pese a los buenos resultados, Sony, que ha cerrado en rojo seis de los últimos siete ejercicios, no revisó su pronóstico publicado el pasado abril de cara al actual curso fiscal, que en Japón concluye el 31 de marzo de 2016.
La compañía espera un beneficio neto de 140.000 millones de yenes (1.029 millones de euros), a diferencia de los 126.000 millones (926 millones de euros) que perdió el año anterior, y ganancias operativas por valor de unos 320.000 millones de yenes (2.352 millones de euros).
Esto último supondría multiplicar casi por cinco (un 367,15 por ciento más) la cifra del pasado ejercicio.
Sony prevé que su facturación retroceda además un 3,8 por ciento hasta los 7,9 billones de yenes (58.103 millones de euros) porque, como ya indicó en su momento, espera un año plano o de ligeros retrocesos en la mayoría de sus líneas de negocio, exceptuando sus divisiones de cine y de componentes. (EFE)