Llegó a ganarse la vida cantando y conduciendo un autobús escolar
Haruo Hayashizaki, el hombre de 71 años que se prendió fuego en un Shinkansen el martes, cumplió su amenaza. Su suicidio fue anunciado.
El anciano, según gente que lo conocía, a menudo decía que se iba a quitar la vida porque su pensión era demasiado baja. Incluso una mujer lo vio dirigirse a una gasolinera aparentemente a comprar el queroseno que se roció en el cuerpo.
Un día antes de la tragedia, poco después de las 3 de la tarde, una conocida vio a Hayashizaki llevando un recipiente de plástico blanco sobre una carretilla por una calle en Suginami, Tokio.
“¿A dónde vas?”, le preguntó ella. “A la gasolinera”, le contestó él. No dijo más. El esposo de la mujer también lo vio transportando el recipiente.
La mujer contó que Hayashizaki se quejaba constantemente de su magra pensión y decía que se iba a colgar delante de la Asociación del Fondo de Pensiones.
La pareja, que conocía al suicida hace cuarenta años, reveló que este saltaba de trabajo en trabajo: cantó en bares, fue chofer de un autobús escolar y hasta el año pasado trabajó para una empresa de limpieza. Antes de morir no tenía un trabajo fijo.
La mujer aseguró que Hayashizaki era un hombre “muy razonable”. “No era el tipo de persona que va y hace algo como eso (prenderse fuego). Es una pena”, dijo. (International Press)
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