Es uno de los primeros egresados del colegio tras el acuerdo con Wellness, el sistema a distancia para acabar la secundaria japonesa.
Habían pasado 5 años desde que el peruano Akihiro Chinen (23) había acabado la secundaria en el colegio Mundo de Alegría de Hamamatsu y se ganaba la vida haciendo deliciosos crepes con crema de leche en una tienda de Tokio cuando una conversación con una amiga japonesa, le hizo pensar detenidamente en su vida.
Aquél diálogo no distaba mucho del que Akihiro sostenía con los amigos tokiotas de su edad que habían acabado la universidad y conversaban sobre proyectos y futuro.
“Cuando salíamos a pasear la conversación del futuro salía de un momento a otro y yo no tenía nada que decir. Todos quienes estaban a mi alrededor habían acabado la universidad”, contó el peruano a International Press.
Pero aquella vez que habló con su amiga japonesa fue determinante. “Le pregunté qué quería hacer en la vida y lo tenía claro, a qué edad iba a hacer esto, cuándo iba a hacer aquello. Todo estaba proyectado. Después que ella terminó de hablar sentí que yo estaba desaprovechando el tiempo”, narró Akihiro.
“Ese día me dije: yo quiero hacer eso, por qué no?”. Fue entonces que la idea de la universidad comenzó a formarse en mi cabeza”, agregó.
Ocurrió otro hecho fortuito hizo que el joven encontrara el camino que buscaba. “El año pasado tuve la oportunidad de volver de visita al colegio de casualidad y hablé con una profesora sobre lo estaba haciendo y pensando cuando me dijo: porqué no vuelves a estudiar?”, recordó el peruano.
Antes de la universidad debía acabar también el koko japonés y le presentaron Wellness, el sistema de estudio a distancia que comenzó a trabajar con Mundo de Alegría dos años después que Akihiro terminó la secundaria.
En mayo de 2014 empezó a coger los libros de nuevo y aunque confiesa que volver a retomar el ritmo de los estudios no fue fácil, jamás desistió.
Desde ese momento todo fue rápido para Akihiro y fue recibido por la centenaria universidad de Toyo en Tokio para seguir la carrera de Estudios Internacionales.
Ahora valora los hechos que decidieron su vida. Haber conocido gente distinta en Tokio, Mundo de Alegría, haberse esforzado en el aprendizaje del idioma japonés y Wellness.
En abril próximo el peruano empezará sus clases universitarias. Dejó de servir crepes con crema de leche, pero sigue viviendo en Tokio donde ha sido contratado por una empresa de remesas al exterior y pone en práctica el idioma español que no perdió y el japonés y el inglés que aprendió para relacionarse con sus compañeros y el público.
“Aún soy principiante y sólo reviso papeles”, dice Akihiro sonriendo, pero por fin puede conversar con sus compañeros y hablar sobre un futuro distinto y, sobre todo, posible.
Ayer sábado, en la ceremonia de graduación de Mundo de Alegría, recibió su diploma que le acredita haber acabado la secundaria japonesa. Fue cuando subió al escenario, tomó el micrófono y contó su experiencia personal, un lindo ejemplo de superación.
Junto con su compatriota Maisha Rodríguez, son los dos primeros peruanos egresados de la escuela Mundo de Alegría que han ingresado a la universidad japonesa con ayuda de Wellness. (International Press)
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