También fortalece medidas de seguridad para proteger a japoneses en el extranjero
El secuestro de dos japoneses por parte del Estado Islámico ha puesto en alerta al gobierno de Japón, que está reforzando las medidas de seguridad para evitar que los japoneses sean víctimas de atentados terroristas en el país y en el extranjero, informó Yomiuri Shimbun.
Se estima que alrededor de 1,26 millones de japoneses viven fuera de su país.
«Al reforzar la cooperación entre los ciudadanos japoneses que viven en el extranjero y las oficinas diplomáticas, y mediante el fortalecimiento de las medidas de seguridad en las escuelas para japoneses en el extranjero, hacemos todos los esfuerzos posibles para garantizar la seguridad de los japoneses que viven en otros países», dijo el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, durante una presentación en el Parlamento.
El 21 de enero, un día después de que el EI publicó el video en el que mostraba a Kenji Goto y Haruna Yukawa y exigía 200 millones de dólares de rescate, Tokio realizó reuniones de coordinación con todas las oficinas diplomáticas en el extranjero para tomar medidas que garanticen la seguridad de los ciudadanos japoneses en el extranjero.
El gobierno instruyó a las oficinas diplomáticas a compartir información sobre seguridad y reforzar las medidas de protección en las escuelas para japoneses.
En la embajada de Japón en Jordania, el embajador Shuichi Sakurai tuvo un encuentro con miembros de una asociación de japoneses residentes en el país, a quienes pidió que extremaran los cuidados ante el aumento del riesgo de ser víctimas de los terroristas.
A nivel local, el gobierno ha ordenado que los controles de inmigración en aeropuertos y puertos sean más estrictos para impedir el ingreso de terroristas al país.
Tokio teme que el secuestro de Goto y Yukawa y la amplia repercusión mundial que ha tenido conviertan a los japoneses en un codiciado blanco para grupos extremistas en todo el mundo.
Yomiuri hizo hincapié en que Japón, al estar lejos del Oriente Medio y no formar parte de operaciones militares en la región, se creía relativamente a salvo de los grupos armados.
Sin embargo, una fuente del gobierno nipón dijo que es posible que los grupos terroristas se hayan percatado de que tener rehenes japoneses puede ser muy útil para presionar a Japón y forzar, de manera indirecta, a los países de la región a aceptar sus demandas, como podría ocurrir con Jordania. (International Press)