Las empresas japonesas vuelven a casa por la caída del yen
Andrés Sánchez Braun / EFE
Grandes empresas niponas empiezan a aligerar su producción en el extranjero y a aumentar sus operaciones en Japón debido a que la caída del yen está convirtiendo al país asiático en una base más atractiva desde la que exportar sus productos.
Se trata especialmente de compañías del sector tecnológico como Panasonic, Sharp o Canon que vuelven a casa, después de años produciendo sobre todo en China y el Sudeste asiático.
El fabricante de equipos fotográficos Canon ya contempla que sus plantas en Japón supongan más del 50 por ciento de su producción durante los dos próximos años, por encima del 40 por ciento actual, explica al diario Nikkei un responsables de la compañía.
El cambio de estrategia afectará principalmente a sus productos de alta gama, aclaró la empresa, que descartó que vaya a cerrar ninguna de sus plantas de momento en el extranjero.
Otras empresas del sector de la electrónica, como Panasonic o Sharp, ya han dicho que transferirán también desde China a Japón la producción de muchos productos de gama blanca o televisores ante la caída aún más pronunciada de la moneda japonesa desde que el Banco de Japón aceleró sus estímulos monetarios en octubre.
La primera, invertirá miles de millones de yenes para levantar plantas que produzcan microondas y aparatos de aire acondicionado en Kobe y Shiga (oeste del país) o lavadoras en Shizuoka (centro), lo que implicará también la creación de nuevos puestos de trabajo en estas zonas.
La empresa ha dejado claro que, con su actual estrategia, cada vez que el dólar se aprecia una unidad frente al yen, sus beneficios anuales se ven recortados en unos 1.800 millones de yenes (12,7 millones de euros/15 millones dólares).
Por el mismo motivo, Honda también transferirá a suelo doméstico desde Vietnam la manufactura de motocicletas de escasa cilindrada.
En los dos últimos años, periodo marcado por la política ultraflexible del banco central nipón, el yen ha perdido un 33 por ciento de su valor frente al dólar o un 20 frente al euro.
Esto está contribuyendo a encoger los resultados operativos de las empresas niponas con mayor volumen de producción en el extranjero, ya que dichas operaciones se concibieron para abaratar costes de exportación que por entonces resultaban más altos.
Con el yen tan abaratado, producir determinados productos en Japón y luego enviarlos fuera está resultando ahora más competitivo que hacerlo desde estas bases foráneas.
El propio diario Nikkei subraya que la caída del yen ha beneficiado en cambio a compañías con un mayor número de plantas en Japón como por ejemplo, armadores como Mitsui Engineering & Shipbuilding o el gigante Sony, que no ha deslocalizado gran parte de su rama de semiconductores.
Ambas invertirán respectivamente 17.000 y 35.000 millones de yenes (120 y 248 millones de euros / 142 y 293 millones dólares) para potenciar la capacidad de sus fábricas en Japón, bautizado con sorna como «el país del yen decreciente» por muchos economistas.
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