Toma el gesto del menor como un agravio
Ser cortés le costó a un adolescente en Japón una reprimenda que aún debe resonar en sus oídos.
En Japón no es infrecuente que un anciano que viaja de pie en un tren decline cuando le ofrecen un asiento porque se siente suficientemente bien como para estar parado o su destino está cerca.
Algunos, sin embargo, no se limitan a rechazar el ofrecimiento, sino que incluso se enfadan con quienes tuvieron la gentileza de cederles un asiento.
Un septuagenario, según el sitio RocketNews24, que asegura ser un hombre saludable y sentirse más como alguien de cincuenta y tantos años que como un anciano, se sintió ofendido cuando un estudiante, al parecer de secundaria, le ofreció su asiento cuando el anciano y su esposa subieron a un tren.
La mujer agradeció al escolar por su amabilidad, pero el hombre, sintiéndose tan agraviado como si hubieran puesto en tela de juicio su virilidad o su honorabilidad, le gritó: “¡Eh, chico! ¿De qué edad crees que me veo? ¿Cuán viejo parezco? ¡Dime!”.
El menor, asustado, se deshizo en disculpas y salió corriendo. La esposa del gruñón lo sacó del vagón en el que estaban para llevarlo a otro, donde probablemente le recriminó por haber maltratado al chico. (International Press)
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