Pyongyang estaría actuando en represalia contra Japón
Corea del Norte ha vuelto a retrasar su investigación sobre el secuestro de ciudadanos japoneses como represalia por la resolución de Naciones Unidas que denuncia los abusos del régimen, según publica hoy el diario nipón Nikkei.
Pyongyang y Tokio acordaron el pasado mayo establecer un comité de investigación para resolver el asunto de los secuestros de ciudadanos nipones a manos del régimen de los Kim, a cambio de que Japón levantara parte de las sanciones que mantenía sobre Corea del Norte.
Tokio sostiene que entre 1977 y 1983 al menos 17 japoneses (de los que solo cinco han podido regresar a Japón) fueron secuestrados para impartir lecciones de cultura e idioma en programas de formación para espías norcoreanos, aunque sospecha que cientos de sus ciudadanos pudieron ser capturados por el régimen norcoreano.
Corea del Norte incumplió su promesa de presentar un informe en otoño sobre los avances de la investigación, aunque invitó a finales de octubre a una delegación japonesa a Pyongyang y se comprometió a interrogar a los autores de los secuestros
Pese a las presiones del Ejecutivo nipón para que hubiera avances en la investigación y salieran a la luz sus resultados antes de finales de año, Pyongyang habría vuelto a posponer su informe a raíz de la resolución del pasado día 18 del Consejo de Seguridad de la ONU sobre los «crímenes contra la humanidad» en el país comunista.
El régimen norcoreano rechazó la resolución apoyada por 116 Estados -entre ellos Japón- y la calificó de «complot político» ideado por Estados Unidos para crear «confrontación», según dijo el viceembajador de Corea del Norte en la ONU, An Myong-hun.
La reacción de Pyongyang ha sido «mayor de lo esperado» por Japón, señaló un responsable del ministerio nipón de Exteriores al citado diario económico, quien también destacó la necesidad de «ser cuidadosos» para que la decisión de la ONU «no afecte al diálogo con Corea del Norte».
Corea del Norte ya llevó a cabo en 2002 y 2004 investigaciones sobre los secuestros perpetrados en los ochenta y los setenta, pero Japón consideró que los resultados no eran convincentes.
En 2002, Pyongyang admitió 13 de los secuestros, pero argumentó que, al margen de los cinco ciudadanos que devolvió a Japón, los otros ocho fallecieron y que cuatro de ellos nunca pisaron territorio norcoreano, versión de la que ha desconfiado hasta ahora Tokio.
El secuestro de ciudadanos es la mayor traba entre ambos países, que no mantienen oficialmente relaciones diplomáticas. (EFE)