El primer asiático en jugar el Masters derrotó por primera vez a Andy Murray
Miguel Luengo / EFE
Nada mejor para el Masters de Londres que una primera jornada con doble venganza en el Grupo B, con el suizo Roger Federer saboreando el placer de la victoria ante el canadiense Milos Raonic y el japonés Kei Nishikori ganando por primera vez al británico Andy Murray.
Federer, ganador de este torneo en seis ocasiones, tenía una espina clavada contra Raonic, el primer canadiense nacido en los noventa que juega un Masters. Hace tan solo dos semanas, durante el torneo de París Bercy, Milos fue capaz de ganar al suizo por primera vez en siete encuentros y esa afrenta pareció molestar al exnúmero uno del mundo.
Este domingo, festividad en Reino Unido del «Remembrance Sunday», en memoria a los caídos en conflictos bélicos, el helvético se impuso por 6-1 y 7-6 (0) en una hora y 28 minutos al cañonero de Podgorica (Montenegro) colocando de nuevo en su sitio al hombre que este año ha demostrado una vez más que tiene un cañón en su saque.
Antes, Kei Nishikori, uno de los tres novatos este año, junto con Raonic y el croata Marin Cilic, se impuso al británico Andy Murray, quinto favorito, por 6-4 y 6-4 en menos de dos horas, para ganar por primera vez en cuatro encuentros a Murray. Otra venganza el mismo día.
Tres veces semifinalista del torneo, Murray se vio desbordado ante la velocidad de piernas de Nishikori, primer asiático en disputar un Masters.
El escocés, que había superado al nipón en las tres ocasiones previas en las que se habían enfrentado, la última en 2013 y todas sobre pista dura, sufrió una dura derrota que dejó helados a los 20.000 espectadores que acudieron al partido inaugural de este año.
El británico estuvo incluso 1-4 en el segundo set y, aunque fue capaz de nivelar, cedió su servicio en el noveno y sucumbió en el siguiente. En las piernas del jugador de Dunblane parece pesar el exhaustivo esfuerzo de las últimas seis semanas que lleva jugando para luchar por un puesto en este Masters.
Murray ha conseguido tres títulos consecutivos en su encomiable lucha por clasificarse para Londres, ganando 23 partidos, pero este domingo se le notó cansado y falto de rapidez para llegar a las bolas del japonés.
No le tembló el pulso a Nishikori, que ha admitido que para superar los problemas físicos que le han perseguido desde sus inicios ha recurrido a pasar más horas en el gimnasio como medida salvadora. Y ahora se muestra rápido y con más solvencia en los puntos, sin asomo de miedo a la hora de rematarlos.