El creador de Mario sigue apostando por los juegos que fomentan la participación colectiva
María Roldán / EFE
Se trata del gurú del ocio virtual, el creador de los más famosos videojuegos de Nintendo. Pero a pesar de las actuales tendencias, Shigeru Miyamoto lo tiene claro: los teléfonos inteligentes te «hacen perder el contacto con la gente» por lo que no le interesan para jugar.
«Nintendo tiene un hardware y una interfaz únicas hechas para que todos disfruten juntos en el salón. Es un mercado diferente al de los ‘smartphones’, en el que juegas solo, así que invertir en esa materia no es algo que vayamos a hacer ahora mismo», sostiene tajante Miyamoto en una entrevista con Efe.
Siempre sonriente pero cauteloso, el padre de Mario, el fontanero más rentable de la historia de los videojuegos, expone su postura ante la creciente demanda de títulos para móviles y defiende la política de Nintendo de seguir creando juegos que fomenten la participación colectiva.
Afirma que la expansión del mercado de la telefonía es un hecho que la compañía no puede «ignorar», y que podrían «considerar» la idea de introducir los móviles «como parte del juego», pero no hacer algo exclusivo para teléfonos.
«Utilizar un ‘smartphone’ no es malo, el dispositivo en sí no es malo, el problema es centrarse en jugar solo con ellos. La gente está tan absorta, que está perdiendo el contacto con el resto de la gente», opina el maestro, quien también considera que algo parecido podría ocurrir con los títulos que apuesten por la realidad virtual.
Creador de Mario, Zelda, Donkey Kong y otros personajes icónicos de la compañía nipona -para la que trabaja desde hace 37 años-, se dice de Miyamoto (Kioto, 1952) que su mente es un torbellino de ideas activo las 24 horas del día.
«Siempre me han dicho que hay que tener cientos de ideas para tener un montón de dónde escoger, así que yo intento hacer lo mismo. No se trata de tener ideas todo el tiempo, sino de ser capaz de tener multitud de ellas», contesta con modestia.
Lo primero que hace a la hora de afrontar un nuevo proyecto es imaginar la «estructura del juego» y, si esta es «interesante», tratar de encontrar al personaje «adecuado» para ella y dotarlo de una característica diferenciadora, como la nariz regordeta de Mario o las grandes orejas de Link.
Como ya ocurriera con los voluminosos pechos de Lara Croft, el origen de la zurdera del protagonista de «The Legend of Zelda» fue el descuido de un ilustrador.
«El artista cometió un error e hizo a Link sosteniendo la espada en la mano izquierda. Pero lo cierto es que yo soy zurdo, así que cuando lo vi pensé: ‘De acuerdo, lo haremos así'», explica divertido el ganador en 2012 del Premio Príncipe de Asturias de Comunicación.
Polifacético e incombustible, Miyamoto, que hace tiempo declaró que seguirá en activo «hasta que el cuerpo aguante», continúa explorando nuevas facetas laborales, la más reciente como productor en el cortometraje «Pikmin».
Los adorables protagonistas del juego homónimo son «perfectos para los cortos», dice su creador.
«Para mi Pikmin es un juego muy, muy especial. No creo que lo entendáis sin jugarlo -dice mientras baja la mirada hasta la camiseta blanca con una imagen de los pequeño Pikmin -, pero es un juego de estrategia, hay que buscar la forma de posicionarlos para que no maten a ninguno», explica.
Fusionar el trabajo de compañías de la industria del cine y los videojuegos es algo que se ha llevado a cabo con éxito en títulos como «Ni no Kuni», de Level 5 y Studio Ghibli.
La colaboración entre dos grandes del «Cool Japan» como Miyamoto y los estudios del ya retirado Hayao Miyazaki podría dar como resultado un producto atractivo, sin embargo, el veterano de Nintendo no lo ve factible.
«Miyazaki odia los videojuegos, y eso significa que realmente entiende la diferencia entre juegos y películas: los primeros son interactivos, las segundas pasivas. Así que, aunque quisiera hacerlo, no podría», explica.
Desde su más tierna infancia soñaba con ser dibujante de manga, pero el saturado mercado del cómic japonés le hizo replantearse su futuro profesional y apostar por la emergente industria del ocio virtual, la cual revolucionó con iconos como «Súper Mario».
«No estoy muy seguro de si sería capaz de pasarme el ‘Super Smash Bross.’ desde cero hasta el final», dice un poco avergonzado. La razón, argumenta, es que siempre juega de principio a fin los títulos que desarrolla antes de lanzarlos, pero siempre cada parte por separado.
Toda su energía está concentrada ahora en finalizar el nuevo título de «The Legend of Zelda» y el lanzamiento internacional de la nueva 3DS, que llegará a Europa en una fecha todavía por determinar a lo largo de año 2015.