Si huían en vez de tomar fotos, quizá se hubieran salvado
20 de los 57 senderistas que murieron durante la erupción del monte Ontake el pasado 27 de septiembre fallecieron instantáneamente tras ser golpeados por rocas y escombros.
Cerca de la mitad de ellos murieron mientras tomaban fotos de la erupción, reveló un patólogo a Mainichi Shimbun.
El especialista dijo que hubo gente que murió con sus teléfonos celulares en las manos.
Los excursionistas que tomaron fotos de la erupción posiblemente creyeron que tendrían tiempo suficiente para huir y ponerse a salvo. Lamentablemente, no fue así.
Algunos podrían haber salvado sus vidas si no se hubieran puesto a tomar fotos, sugirió el patólogo. Desperdiciaron valiosos segundos que probablemente marcaron la diferencia entre la vida y la muerte.
Otras 34 víctimas murieron por múltiples heridas en la cabeza o el pecho. La velocidad y la potencia a las que salieron despedidas incluso pequeñas piedras que golpearon a algunos senderistas fueron tan grandes que, de acuerdo con el especialista consultado por Mainichi, no se habrían salvado ni aunque hubieran tenido cascos. (ipcdigital)
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