«La música me obliga a estar en buena forma», dice la legendaria cantante.
Aretha Franklin, a sus 72 años, vuelve a la música porque le obliga «a estar en buena forma, a tener el mejor aspecto posible» y presentó hoy en Nueva York su nuevo disco, en el que hace suyos temas de divas de la música, desde Adele y Alicia Keys a clásicas como Etta James o Barbra Streisand.
Decidida a no pasar desapercibida con un traje amarillo y un gran bolso de cuero, Aretha Franklin conversó con su más fiel productor, Clive Davis, en el centro 92 Y de Manhattan, donde repasó la elección de temas que componen «Aretha Franklin Sings the Great Diva Classics», que saldrá a la venta el 21 de octubre.
Pero, ¿acaso no es ella la gran decana de las divas de la música?. Desde el Olimpo del soul por haber convertido en himnos canciones como «Think», «Respect» o «Say a Little Prayer for You», mira ahora con una humildad magnánima a sus sucesoras.
De Adele, de quien ha reversionado «Rolling in the Deep», dice que le gusta de ella la profundidad de sus composiciones. De Beyonce que, como ella y su antigua banda, Destiny’s Child, también es una «survivor» (superviviente) y cuela ese tema al final de su versión de «I Will Survive», de Gloria Gaynor.
También canta «No One», de Alicia Keys o convierte en una pieza de sofisticado jazz «Nothing Compares 2 U», de Sinead O’Connor.
Franklin parece decidida a mirar el presente cara a cara y a reconocer que la única manera de permanecer de actualidad es «amar la música», especialmente «la de aquellas cantantes que realmente saben cantar», dijo en clara referencia a una industria del pop cada vez más prefabricada.
Nada que ver con su carrera, que comenzó en el coro de una iglesia. «Para mí la iglesia no fue solo un lugar de fuerza espiritual, sino también un campo de entrenamiento, donde aprendí a cantar delante de docenas de personas», rememoró.
Franklin pasó de cobrar a su propio padre 50 dólares por cantar en las misas que él oficiaba como pastor («para comprar patines y hamburguesas», recordó) a vender millones de discos, llenar estadios, ser coronada como la «reina del soul» y ganar 18 premios Grammy.
No se olvida, por tanto, de su progenitor, la persona que más le ha marcado y «quien realmente marcó mi vida y se dio cuenta de que tenía una voz y debía cantar», ni tampoco de la legendaria firma de discos Motown. «He hecho ganar mucho dinero a esa gente», bromeó.
En un repaso a su vida, habla de Jerry Lewis («era mucho más que una broma», dice) o James Brown. Y cuando le preguntan que quién le gustaría que se encargara de protagonizar una película sobre su vida, responde: «Probablemente Jennifer Hudson».
En su nuevo disco no solo mira a nuevos astros. Decide empezar por «At last», de Etta James, y transita por clásicos de Gladys Knight como «Midnight Train to Georgia», de Barbra Streisand, con «People», y de Whitney Houston en «I’m Every Woman».
Ella es, efectivamente, todas las mujeres en una. Aunque si tiene que escoger una y solo una de las interpretaciones que ha hecho en 50 años de carrera, recuerda su participación en la investidura del presidente de Estados Unidos Barack Obama.
«Por lo que implicó ese momento, por ser la primera vez que un afroamericano llega a la presidencia del país y por el hecho de que las primeras veces solo ocurren una sola vez, doy gracias a Dios por haber formado parte de ese momento», concluyó. EFE