Los posibles efectos negativos serían limitados en el tiempo
El Banco de Japón (BOJ) comenzó el miércoles su reunión de dos días sobre política monetaria, en la que se espera que mantenga su plan de flexibilización monetaria y que analice el impacto de la reciente subida de impuestos sobre la economía nipona.
La junta de política monetaria del BOJ votará el mantenimiento del programa de compra masiva de deuda pública y activos de riesgo iniciada en abril de 2013, con el objetivo de duplicar la base monetaria del país y de lograr que la inflación interanual se sitúe en torno al 2 por ciento para 2015.
Los nueve miembros de la junta, liderada por el gobernador del banco central nipón, Haruhiko Kuroda, también examinarán los efectos negativos que ha tenido sobre la economía nipona la subida de impuestos sobre el consumo del 5 al 8 por ciento, que entró en vigor el pasado 1 de abril.
Los expertos ven poco probable que el BOJ adopte por ahora nuevas medidas de estímulo para compensar la ralentización de la economía causada por dicha subida impositiva, destinada a terminar con el ciclo de casi dos décadas de deflación.
El banco central nipón ya advirtió de que este aumento podría frenar el gasto de los hogares y de las empresas y provocar una contracción de la economía, aunque también señaló que los posibles efectos negativos serían limitados en el tiempo.
Además, en los últimos días ha habido buenas señales para la economía nacional, como la subida del 3 por ciento del gasto en capital de las empresas durante el segundo trimestre del año, o el aumento del sueldo medio en Japón del 2,6 por ciento en julio, su mayor avance en una década.
Así, está previsto que el BOJ decida mantener su evaluación sobre la economía nacional en la que observa una «tendencia de recuperación moderada», según dijo una fuente de la entidad a la agencia Kyodo.
El aumento del impuesto sobre el consumo provocó una contracción del producto interior bruto nipón del 6,8 por ciento entre abril y junio, en comparación con el mismo período de 2013.
Se trata del mayor frenazo de la economía nipona desde que el país resultara golpeado por el terremoto y tsunami de 2011.
Muchos economistas han señalado la necesidad de medidas adicionales de estímulo económico si el Gobierno quiere alcanzar su meta de lograr su objetivo de inflación del 2 por ciento para 2015.
Según la última estimación del BOJ, la subida de precios se sitúa actualmente en torno al 1,25 por ciento interanual. (EFE)
