Corea del Sur, como Japón, se despide sin ganar
Antonio Torres del Cerro / EFE
A pesar de jugar 45 minutos con diez por la expulsión por roja directa de Steven Defour, Bélgica tumbó a una inofensiva Corea del Sur (1-0), a la que eliminó del Mundial, y agarró el primer puesto del grupo H con un gol de su lateral Jan Vertonghen.
La talentosa y jovencísima generación de la selección belga, que ha ganado sus tres encuentros de la primera fase, se medirá en octavos de final a Estados Unidos, mientras Corea del Sur, que necesitaba una goleada y que Argelia no ganase, cayó eliminada.
Los chicos de Marc Wilmots, con un conjunto plagado de suplentes sin Eden Hazard, Kevin De Bruyne o Romelu Lukaku, tumbaron a los surcoreanos aún estando en inferioridad gracias a un disparo del joven Divock Origi, cuyo rechace cazó Vertonghen en el 77.
Hasta la expulsión de Defour, la muchachada de Wilmots jugó al fútbol cuando le apeteció, sobre todo por el flanco izquierdo del bólido Mertens, el lado preferido de los belgas.
Arrastrados por la inercia de estar en octavos, la desidia se notó en actitudes de algunos jugadores. Solo Mertens se salvó. El pequeño extremo del Nápoles remató en el área pequeña unos palmos por encima del larguero una jugada prolongada por Kevin Mirallas.
Otros dos chutes lejanos del propio Mertens, uno de ellos en un libre, adornaron la hoja ofensiva de los «diablos rojos».
Corea del Sur, muy limitada técnicamente, se aplicó con lo que pudo. El medio del Sunderland Ki Sung-Yueng cargó un disparo raso al poste derecho de Courtois. El gigante de dos metros sacó la manopla.
En el córner que siguió la jugada, los defensas belgas remataron contra su propia portería. Entre Courtois y un defensa, rebañaron el balón casi en la línea de meta.
Como si Bélgica pretendiese ponerle pimienta a un aburrido encuentro, Defour le clavó los tacos a Kim Shin-Wook en un balón dividido en el centro del campo. Completamente gratuito. El australiano Williams le mandó a la caseta con roja directa.
En su primer partido como titular, el medio del Oporto abrió esperanzas a los asiáticos, que necesitaban golear para acceder a los octavos.
Hong Myung-Bo, el seleccionador coreano que en su época de jugador le marcó a España el penalti decisivo que la echó del mundial del 2002, retiró al descanso a un medio para colocar a Lee Keun-Ho, un rápido delantero.
Con uno más, el combinado asiático atacó con sus armas. Velocidad en bandas y centros al área que no hallaban respuesta ante la imponente estampa física de los centrales belgas Van Buyten y Lombaerts.
Lee Chung-Yong estampó un centro pasado al larguero y poco más. Bélgica dio más sensación de peligro, a pesar de jugar en inferioridad.
Divock Origi, el chaval de 19 años que se había doctorado en Maracaná al anotar el gol de la victoria frente a Rusia, volvió a acumular minutos y a dejar buenas sensaciones. Por su movilidad y capacidad técnica.
El delantero nacido en Kenia chutó tenso a desde fuera del área. El rechace del portero coreano lo remachó a placer el lateral zurdo del Tottenham Vertonghen. De nuevo Wilmots había acertado en los cambios. Origi, que aterrizó en Brasil contra todo pronóstico, es una promesa en ciernes.
Wilmots dejó en los últimos minutos que el público se deleitase con los detalles de Eden Hazard. En el último suspiro, los surcoreanos lo intentaron, pero sin puntería.