La Roja se despide del Mundial goleando a Australia
Roberto Morales / EFE
España dejó la corona de campeón del mundo en Brasil con la dignidad de un triunfo contundente ante Australia (0-3), el día que Andrés Iniesta se convirtió en ‘centenario’ mientras que leyendas como Xavi Hernández, David Villa y Xabi Alonso cerraban su brillante etapa en la Roja.
La caída del campeón tuvo un final honroso. En uno de esos partidos donde solo el escudo y la estrella te ayuda a motivarte sobre el césped. Ante un rival como Australia que te multiplica en ganas, con ilusión de volver a noquear a un campeón que ya estuvo tendido en la lona tras los directos de Holanda y Chile. En un duelo al que futbolistas se apuntaron para dar la cara y otros optaron por dar un paso al costado, bajo la sospecha de molestias musculares, en un fin de ciclo que no ha estado a la altura de seis años de leyenda.
Una lástima que el futbolista que cambió el andar de la Roja, Xavi Hernández, no se despidiese sobre el terreno de juego dando su última lección de toque. Sí lo hicieron Xabi Alonso y un David Villa tan desequilibrante que sacó a relucir uno de los errores de Vicente del Bosque en el Mundial. Empecinado en hacer triunfar la figura de Diego Costa, elemento extraño en un estilo de juego en el que no está acostumbrado a desenvolverse.
Por el camino, en la adversidad, renunció al gol del máximo artillero de la historia de la selección -Villa- y hundió la autoestima de Cesc Fábregas, renunciando al falso nueve que tanto éxito le dio en la última Eurocopa.
El punto y final a la ‘generación de oro’ nació con las dudas de los partidos que a punto estuvieron de provocar la defensa más deshonrosa de un campeón del mundo. La España sin identidad de Holanda y Chile parecía asomar sobre un césped en malas condiciones, superada por la mayor motivación del rival que acudía al encuentro como si algo le fuese en juego en el envite.
Sergio Ramos aceptó la propuesta con raza y Villa fue el ejemplo para el resto. Era la despedida de un goleador que ya es leyenda y que deja números para la eternidad. Con Fernando Torres como compañero de viaje. Esa pareja que tantas alegrías dio en un pasado reciente. Sin el factor de motivación sólo restaba tirar de orgullo y tras alguna llegada de Australia con Reina saliendo rápido a los pies de Taggart y un disparo desviado de Leckie, llegó la reacción.
Cada balón que llegaba a Villa se gustaba. Una bicicleta, un taconazo, conectando con la visión de Cazorla que chutaba la primera y se llevaba la amarga queja del ‘Guaje’ que quería despedirse con gol.
España pasó de falta de tensión, que hasta dejaba un mal control de Iniesta o un pase a la nada de Xabi Alonso, a adelantar metros, dominar y aunar el toque con la verticalidad. Un taconazo de Villa dejaba solo a Jordi Alba ante Ryan, optó por la potencia y se topó con el portero australiano. Otra acción con bicicletas no encontraba a Torres en la zona del gol.
Fue cuando apareció Iniesta para recibir el esférico y recular unos metros, como el que llama a rivales a un desafío. Cuando fueron por él encontró el espacio para lanzar el balón al desmarque de ruptura de Juanfran, que puso el pase de la muerte al taconazo de Villa y el primer gol de España de jugada en el Mundial. Había costado 216 minutos en el torneo.
Pudo empatar Australia, a la que nunca faltó voluntad en el esfuerzo, segundos después de llevarse el mazazo. Un centro desde el costado de Oar encontró el mal despeje de Jordi Alba pero Reina reaccionó con rapidez el día de su debut en un Mundial.
Y también pudo aumentar distancias al borde del descanso la selección española. De nuevo Villa con un pase al espacio a Cazorla que picó el esférico sin encontrar portería ni rematador. Restaba un segundo acto intrascendente, en el que Mata saltó para que todos los jugadores de campo tuviesen minutos en el Mundial.
El cambio, a los 56 minutos, cerraba el ciclo de Villa en la selección. No lo esperaba. Quería más en su último día. Saborear hasta el último segundo y se marchó cabreado, sin poder aguantar las lágrimas en un banquillo que le recibió de pie con el homenaje que merece su figura.
Australia no cesó de buscar el gol, con menor acierto que ante Holanda, sin inquietar a Reina en los minutos de acecho que capeó bien España antes de cerrar el duelo. De nuevo Iniesta. De nuevo un pase al espacio a Fernando Torres que definió a la perfección, ajustado al poste para marcar en un nuevo Mundial.
Con todo decidido llegó la reivindicación de Cesc. Una figura injustamente tratada en el torneo. Asistió a Juan Mata, que escorado superó por debajo de las piernas la salida de Ryan. El camino del vigente campeón había terminado. Con el dolor de aguantar la ‘guasa’ de los brasileños de la grada que gritaban «eliminados» y entonaban el «canta y no llores». No fue el Mundial de una España de fin de ciclo que inicia el camino de la reconstrucción. No estuvo a la altura de lo esperado. La corona ya busca un nuevo dueño.
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