Suicida tenía 15 años y era víctima de bullying
Kagetora Matsutake tenía 15 años y era víctima de bullying. En enero de este año se suicidó. Lo más triste del caso es quizá aún estaría con vida si sus compañeros de clase, que estaban al tanto de su deseo de quitarse la vida, les hubieran avisado a sus padres. Nadie lo hizo.
Mainichi Shimbun ha reconstruido el último día con vida del muchacho.
El 8 de enero, a las 7:20 a. m., Kagetora dejó su casa en el pueblo de Shinkamigoto, Nagasaki, para dirigirse a la escuela. Era el primer día de clases tras un receso de invierno, durante el cual sus padres notaron que el chico se pegaba más a ellos de lo habitual. Después entendieron por qué.
Ambos comenzaron a preocuparse cuando los llamaron de la escuela para decirles que Kagetora no había llegado. Salieron a buscarlo. Alrededor de las 9:10 a. m. lo hallaron cerca del baño de un campo deportivo municipal no lejos de su casa. Se había colgado con una soga.
Al día siguiente, la escuela inició una investigación. La junta educativa municipal determinó que no existía evidencia de que el adolescente fuera víctima de maltratos.
Enterados, los padres se disculparon por las molestias causadas. Sin embargo, pronto comenzaron a esparcirse rumores que aseguraban que su hijo sí era hostilizado en la escuela.
Los papás supieron la verdad a fines de marzo. Luego de que la clase de Kagetora se graduara de la secundaria, dos de sus excompañeros visitaron la casa de los Matsutake para informarles de que su hijo era víctima de bullying.
Por ellos, tomaron conocimiento de que un grupo de estudiantes lo vejaba. El resto era cómplice por omisión. Nadie decía nada por miedo a ser blanco de represalias. Los agresores le decían a diario a Kagetora que lo odiaban. El chico vivía angustiado creyendo que todo el mundo lo odiaba.
Los padres también se enteraron de que su hijo utilizó la aplicación LINE para anunciar su suicidio.
En noviembre del año pasado, Kagetora escribió: “Hay tres cosas que tengo que hacer antes de morir”. Un día antes de suicidarse: “Estoy preparado para morir”. El mismo día: “Adiós”.
Ese día, durante casi una hora, Kagetora alertó a sus compañeros: “Voy a morir”. “No lo hagas”, le decían ellos.
Si bien le pidieron al chico que no se quitara la vida, a ninguno se le ocurrió avisar a sus padres o a la escuela.
Peor aún, algunos de los estudiantes utilizan LINE en los smartphones de sus padres, quienes pueden leer los mensajes de sus hijos. Es decir, ellos también estaban al tanto de que Kagetora iba a suicidarse. Sin embargo, tampoco dijeron nada. Uno de los padres se disculpó con los Matsutake por no avisarles.
«La gente sabía que Kagetora estaba tratando de suicidarse, pero nadie nos dijo nada. ¿No es ese un último acto de bullying?», se lamentó el padre en declaraciones a Mainichi.
El día de su suicidio, al percatarse de que no estaba en el bus de la escuela, sus compañeros comenzaron a inquietarse. Llegaron a clases, pero siguieron callando.
Nunca una muerte fue tan anunciada. Y nadie hizo nada. (ipcdigital)
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