Atribuye su logro a “la incomparable alegría de estar a bordo de un avión”
Cuando era un estudiante de primaria, Yoshio Akita viajaba en bicicleta hasta el aeropuerto de su ciudad natal, Osaka, a una hora de su casa, para ver a los aviones volar.
Akita llegó a la adolescencia e ingresó a la universidad, pero decidió abandonarla para seguir su verdadera vocación: convertirse en un piloto de avión.
No solo lo consiguió, sino que lleva 41 años piloteando aviones y este viernes alcanzará las 25.000 horas de vuelo (más de 1.041 días, casi tres años).
Akita hoy tiene 63 años y es piloto de Fuji Dream Airlines. Su tiempo de vuelo es uno de los mayores entre los pilotos en actividad en líneas aéreas japonesas.
Su logro tiene una explicación sencilla: “la incomparable alegría de estar a bordo de un avión”, le dice a Jiji Press.
Al veterano piloto que sirve principalmente en rutas locales, no le importa tener menos vacaciones que sus colegas. Su vida está en el aire. Volar le da sentido. ´
“Volar un avión es lo que más me gusta”, subraya. ¿Jubilarse, retirarse a vivir una vida apacible en tierra como cualquier mortal? No. “No quiero hacer cosas como tomarme días libres y jugar golf”, concluye. (ipcdigital)