El padre José Gutiérrez oficia en la iglesia católica de Isesaki una de las misas en español más concurridas de la región de Kanto. El domingo 27 fue una muestra.
Ese día, los latinos de la comunidad católica de Isesaki aprovecharon para organizar una despedida para la Hermana Mónica, quien tras 12 años en Japón ha sido transferida a Roma.
La Hermana Mónica recibió muestras de cariño y obsequios de los fieles y de la Hermandad del Señor de los Milagros de la ciudad, y ella devolvió el aprecio con una danza típica de su país, México, que ejecutó de manera perfecta. (ipcdigital)
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