Su bajo alquiler atrae a gente que busca apartamentos baratos
A nadie le gustaría vivir en un sitio en el que han ocurrido asesinatos o suicidios o ha muerto gente, pero si el alquiler es mucho más barato que el de una vivienda no “contaminada” entonces es para pensarlo. O quizá no haya que pensar, sino actuar de inmediato y tomar el apartamento antes de que otro lo haga. Sobre todo en una ciudad tan cara como Tokio.
En la capital nipona se está incrementando el número de personas que están buscando estas propiedades “estigmatizadas” debido a su bajísimo alquiler, según Mainichi Shimbun.
Un hombre de 40 años vive en un diminuto apartamento de 16 metros cuadrados en Shinjuku. Está a cinco minutos a pie de la estación de tren más cercana. ¿Cuánto paga de alquiler? 40.000 yenes (391 dólares) mensuales, alrededor de la mitad de lo que tendría que pagar si no fuera porque su anterior ocupante murió ahí.
A su actual ocupante no le importa en absoluto. Más aun, él estaba justamente buscando viviendas estigmatizadas porque su difícil situación económica no le permitía pagar alquileres altos. El hombre gana menos de 2 millones de yenes (19.500 dólares) al año.
Cuando un agente inmobiliario le informó de la vivienda en la que hoy vive, le aconsejó que firmara el contrato de alquiler de inmediato para que no le ganaran por puesta de mano. Así lo hizo.
“No me preocupa lo que haya pasado con el anterior inquilino. Estoy muy contento con lo cómodo que es el sitio”, le dice a Mainichi.
La condición de las habitaciones donde fueron hallados los cadáveres en las viviendas estigmatizadas ya no genera tantos problemas como antes. El presidente de una agencia de bienes raíces explica que las técnicas de limpieza han mejorado y que las huellas del incidente desaparecen con el tiempo.
El director de otra compañía inmobiliaria declara que los más interesados por este tipo de apartamentos son los jóvenes, a quienes no preocupa que estén “contaminadas”.
Por su parte, la Agencia de Renacimiento Urbano les informa a sus potenciales inquilinos de la fecha en que falleció el anterior ocupante, dónde fue hallado el cuerpo, la edad y su sexo, y si su muerte estuvo relacionada con algún delito. Eso no disuade a los cazadores de viviendas baratas. Cuando el dinero escasea, no hay espacio para remilgos. (ipcdigital)
