Destacan su labor humanitaria y su capacidad inventiva
El japonés Shigeru Ban, de 56 años, fue galardonado hoy con el Premio Pritzker de arquitectura 2014 por sus proyectos «elegantes e innovadores para clientes privados» y también por usar «el mismo diseño inventivo y habilidoso para sus amplios esfuerzos humanitarios».
«Durante veinte años, Ban ha viajado a lugares de todo el mundo donde se han producido desastres naturales y provocados por el hombre, para trabajar con ciudadanos locales, voluntarios y estudiantes en el diseño y construcción de refugios reciclables, dignos y de bajo coste, así como edificios comunales para las víctimas de esos desastres».
Así lo destacó hoy en Chicago Tom Pritzker, presidente de la Fundación Hyatt, que desde 1979 otorga este premio, considerado el Nobel de la arquitectura, y que en esta edición ha querido destacar la labor humanitaria de un profesional que es un «caso raro en el terreno de la arquitectura».
«El compromiso de Shigeru Ban con las causas humanitarias a través de su trabajo de ayuda en caso de desastre es un ejemplo para todos. La innovación no está limitada por el tipo de edificio y la compasión no está limitada por el presupuesto. Shigeru ha hecho de nuestro mundo un lugar mejor», agregó Pritzker.
Ban aseguró desde su oficina de París que recibir este premio es «un gran honor» con el que, asegura, debe ser cuidadoso. «Debo continuar escuchando a la gente para la que trabajo, en mis encargos residenciales privados y en mi trabajo de ayuda en caso de desastres».
«Considero este premio como un aliento para seguir haciendo lo que hago y no para cambiarlo, sino para crecer», agregó Ban en una breve declaración distribuida por la Fundación Hyatt.
El presidente del jurado, el británico Lord Palumbo, aseguró que «Shigeru Ban es una fuerza de la naturaleza, lo que es totalmente adecuado para su trabajo voluntario para la gente que se ha quedado sin hogar en áreas devastadas por los desastres naturales».
Pero también pertenece al Panteón de los Arquitectos por el «profundo conocimiento» de su trabajo, la aplicación de tecnología de vanguardia, su «total curiosidad y compromiso», una innovación sin fin, «un ojo infalible y una aguda sensibilidad», solo por mencionar algunas de sus características estacadas, precisó.
El jurado subrayó el uso que hace Ban de materiales comunes como tubos de papel o contenedores de transporte, sus innovaciones estructurales y la introducción de materiales poco convencionales como el bambú, el papel, el plástico o los compuestos de fibra de papel reciclado.
Desde su creación hace 35 años, el Premio Pritzker reconoce la excelencia de arquitectos vivos y cuyo trabajo constructivo suponga una contribución significativa a la humanidad, recordó la Fundación Hyatt.
Y en ese sentido, Ban refleja a la perfección el espíritu del premio. No solo es un increíble arquitecto, sino que responde «con creatividad y diseños de alta calidad a situaciones extremas causadas por devastadores desastres naturales».
Entre las obras citadas por el jurado está la conocida como «Naked House» (Casa desnuda), un proyecto de 2000 en la ciudad japonesa de Saitama, en la que revistió las paredes externas con plástico transparente ondulado y otras partes con acrílico blanco estirado sobre un marco de madera. Y en el que hay cuatro dormitorios con ruedas que pueden moverse libremente.
Otra de las obras más destacadas es el Centro Pompidou de Metz (Francia), para el que diseñó una celosía aireada y ondulante de franjas de madera para formar el tejado, que cubre el complejo del museo y crea una plaza abierta y accesible al público.
La «Curtain Wall House» (1995) o el centro Nicolas G. Hayek (2007), ambos en Tokio, son otros de sus proyectos más conocidos, junto al Museo Nómada, una construcción temporal instalada hasta el momento en Nueva York, Santa Mónica (California), Tokio y México City.
Todas ellas construcciones sostenibles y respetuosas con el medioambiente, uno de los elementos más característicos de la obra de Ban, que se ha mostrado siempre interesado en el uso de materiales de bajo coste, locales y reutilizables.
En cuanto a su trabajo humanitario, que comenzó en 1994 en el conflicto de Ruanda donde fue contratado como consultor por ACNUR, Ban se caracteriza por el uso de tubos de cartulina reciclables como columnas, paredes o vigas, que son baratas y fáciles de transportar.
En 1995 Ban fundó una ONG llamada «VAN» (Red de arquitectos voluntarios), con la que ha trabajado tras terremotos, tsunamis, huracanes o guerras en países como Japón, Turquía, India, Sri Lanka, China, Haití, Italia, Nueva Zelanda o Filipinas.
Licenciado en arquitectura en Nueva York, Ban es el séptimo arquitecto japonés en ser galardonado con el Pritzker tras Kenzo Tange (1987), Fumihiko Maki (1993), Tadao Ando (1995), el equipo de Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa (2010), y Toyo Ito el pasado año.
La ceremonia de entrega del premio se celebrará el 13 de junio en el Rijksmuseum de Amsterdam. (EFE)
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