“Lo real maravilloso” reúne medio centenar de obras
Antonio Hermosín / EFE
Desde el realismo utópico hasta la deformación grotesca, la exposición «Lo real maravilloso» ofrece a partir del viernes en Tokio una instantánea de la creación contemporánea en España y Latinoamérica, donde se aúnan las diversas miradas que el arte iberoamericano arroja sobre la realidad.
La muestra, uno de los platos fuertes del programa del Año Dual España Japón, reúne en la capital nipona medio centenar de obras de 27 artistas contemporáneos españoles y latinoamericanos de la colección permanente del Museo de Arte Contemporáneo de la región española de Castilla y León (MUSAC).
«Lo real maravilloso» explora las coincidencias y contrastes del arte actual a ambos lados del Atlántico, cargado de referentes como la pintura de Velázquez y Goya, la fotografía paisajista del siglo XIX y la literatura de Ramón del Valle Inclán o de Juan Rulfo.
La relación entre el cielo y la tierra, entre la vida y la muerte o entre lo real y lo irreal son algunos de los temas comunes que inspiran a los artistas españoles y latinoamericanos de la actualidad al margen de sus diferencias culturales, según explicó a Efe Manuel Oliveira, Director del MUSAC, durante el acto de presentación.
Estos temas, además del interés por «la exageración de lo real, lo monstruoso y lo esperpéntico», también son característicos del arte japonés, según dijo Oliveira, quien señaló que estas coincidencias «pueden servir de ventana» para que el público nipón descubra a los artistas iberoamericanos actuales.
«Es una gran oportunidad para dar a conocer a los nuevos artistas españoles y latinoamericanos», dijo en la misma línea Yuko Hasegawa, comisaria de la exposición y Conservadora Jefe del Museo de Arte Contemporáneo de Tokio (MOT), la institución que acoge la muestra.
Las obras que podrán verse en el MOT hasta el próximo 11 de mayo han sido producidas entre la década de los años 90 y la actualidad, e incluyen pinturas, esculturas, fotografías, vídeos e instalaciones.
Entre los artistas representados hay nombres con proyección internacional como Miguel Ángel Rojas (Bogotá, 1946), Carmela García (Lanzarote, 1964), Enrique Marty (Salamanca, 1969), Pilar Albarracín (Sevilla, 1968), Carlos Garaicoa (La Habana, 1967) o Jorge Macchi (Buenos Aires, 1963).
La inquietante obra de Marty «Los visitantes» recibe al público en la entrada de la exposición, una especie de «taxidermia» humana realizada en látex y ropa y cabello reales con la intención de «poner al espectador en una situación incómoda», según explicó el propio artista.
Otra de las piezas más significativas es «Un charco de sangre», un estilizado mural realizado con recortes de periódicos por el artista argentino Jorge Macchi para invitar a la reflexión sobre el problema de la violencia y su tratamiento en los medios de comunicación.
Más adelante, las fotografías de gran formato de Carmela García sitúan al público ante paisajes idílicos y personajes femeninos de inspiración mitológica, bañados en una luz sorprendentemente natural fruto de su trabajo con cámaras analógicas similares a las empleadas en el siglo XIX.
Su obra parte de la «intención documental» de hacer una serie de gran formato «con la misma metodología de los primeros fotógrafos pioneros del siglo XIX, que descubrían el mundo al resto de la gente», explico García a Efe.
Pese a ser fotografía, su obra alude «a una utopía que no tiene mucho que ver con la realidad», admitió la artista, quien añadió que su objetivo es «representar la belleza».
Entre las instalaciones destaca la del cubano afincado en Madrid Carlos Garaicoa, titulada «De cómo la tierra se parece al cielo», una gran plataforma con muescas luminosas y ubicada en una sala oscura que recuerda tanto a la iluminación de una gran ciudad como un cielo estrellado.
«Lo real maravilloso» es el evento más importante del programa cultural del Año Dual para 2014, que se cerrará en marzo con la exposición «Fukushima, flores de Invierno» del artista plástico José María Sicilia y con el evento «Gamelab», un encuentro de creativos españoles y japoneses del videojuego en la Embajada de España en Tokio.