Airin es conocido por el gran número de personas sin techo que viven ahí
El director de un filme ambientado en la barriada de Airin, el distrito más deprimido de la ciudad nipona de Osaka, ha acusado al ayuntamiento, que cofinanció la obra, de exigir la eliminación de determinadas secuencias y ha retirado la película de un festival como protesta.
La película, titulada «Kaihoku» («Zona liberada»), recibió una subvención de 600.000 yenes del Gobierno de Osaka (oeste) con la condición, entre otras, de que fuera presentada en el festival de cine asiático que cada año la ciudad celebra en marzo.
Sin embargo, el director, Shingo Ota, ha retirado la película del certamen porque el comité organizador del festival, del que el ayuntamiento forma parte, le comunicó que el film contenía secuencias que debían ser editadas porque promueven los prejuicios contra la barriada.
La película trata sobre un hombre que llega a Airin en busca de un amigo desaparecido.
Ota, que además es coproductor del film, explicó que el comité le pidió que eliminara una secuencia en la que el protagonista compra anfetaminas en Airin para después consumirlas.
Según el director, de 28 años, también se le pidió que volviera a rodar otro fragmento en el que varias personas hacen cola en un comedor social por no estar de acuerdo en la manera en que se retrataba a los sujetos.
Así mismo se le solicitó que eliminara de los diálogos el término «doya», con el que se describen los alojamientos temporales para los jornaleros típicos de Airin que han pasado a ser la residencia fija de muchos de sus habitantes.
«Esto es censura y la ciudad ha abusado de su autoridad. No dijeron nada cuando les presenté el guión», explicó Ota, de 28 años, en declaraciones a la agencia Kyodo.
«Siento que se está intentando encubrir lo que es Airin», añadió el realizador, quien consideró además que la película no sería sincera con dichos cambios.
«La película tiene contenidos que hieren la sensibilidad de los habitantes de Airin. No podemos aceptar que se proyecte. Esto no es censura», explicó por su parte a Kyodo un funcionario del consistorio.
Airin es conocido por el gran número de jornaleros y de personas sin techo que viven ahí.
También acoge oficinas del crimen organizado japonés (yakuza) que gestionan buena parte del empleo que se ofrece a los jornaleros y su fama está asociada además al tráfico de anfetaminas. (EFE)
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