Panel ha sido formado por el gobierno de Japón
Un grupo de expertos convocado por el Ministerio de Industria japonés ha comenzado a analizar cómo gestionar adecuadamente el agua radiactiva que se acumula en la accidentada planta nuclear de Fukushima, informó hoy la cadena NHK.
El panel se centrará principalmente en analizar los desafíos que implica administrar miles de toneladas de líquido contaminado con tritio, el único isótopo radiactivo que hasta ahora no se está eliminando al tratar el agua.
Para limpiar el agua que se usa como refrigerante de los reactores, la cual se contamina al entrar en contacto con los núcleos parcialmente fundidos, la operadora de la central emplea un mecanismo llamado Sistema Avanzado de Procesamiento de Líquidos (ALPS), desarrollado por Toshiba.
ALPS puede retirar 62 tipos de materiales radiactivos a excepción del tritio.
El grupo analizará el riesgo que supone almacenar agua contaminada con este material y también el que implicaría verterla de manera controlada al mar, una opción que contemplan la autoridad reguladora nipona o el propio Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) si se hace de manera controlada.
También estudiará las dificultades técnicas que plantea el desarrollo de tecnologías que permitan desechar el tritio.
El panel, compuesto por nueve expertos en materiales radiactivos, espera determinar cuáles son las opciones más viables en un informe que espera tener compilado para finales de marzo.
En las instalaciones de Fukushima existen unos 1.000 tanques que almacenan agua, algunos de los cuales han sufrido fugas graves, como la que tuvo lugar el pasado verano, cuando se filtraron 300 toneladas de líquido muy radiactivo, parte del cual fue a parar al mar.
El Gobierno estima que el volumen de agua contaminada almacenada en depósitos alcanzará en el futuro las 800.000 toneladas.
Controlar las fugas en esas cisternas y también del líquido contaminado que se acumula en los sótanos de los reactores supone el principal desafío para los 3.500 técnicos que trabajan en la planta.
Las emisiones contaminantes de la central, que resultó golpeada por el terremoto y tsunami que devastó el noreste de Japón el 11 de marzo de 2011, mantienen evacuadas a más de 52.000 personas que vivían junto a la central y han afectado gravemente a la agricultura, la ganadería y la pesca local. (EFE)