Su padre fue soldado durante la ocupación japonesa de Filipinas
Kenji Hirakawa no recuerda a su padre. Tenía tres meses cuando este se fue a la guerra, de la que nunca volvió. La muerte lo encontró en Filipinas, país al que Hirakawa, alrededor de siete décadas después, ha donado 200.000 yenes (unos 2.000 dólares) para ayudar a las víctimas del tifón Haiyan.
El aporte llegó a la embajada de Filipinas en Japón, informó el sitio web Inquirer.
Hirakawa considera que la donación es una especie de compensación por parte de su familia.
En una carta, el japonés dice que el dinero es una muestra de solidaridad con el pueblo filipino y una reparación por los problemas que su padre o su país puedan haber causado en Filipinas, que fue ocupado por Japón durante tres años.
Asimismo, revela que el cuerpo de su padre, quien sirvió al Ejército Imperial durante la Segunda Guerra Mundial, nunca fue recuperado.
Finalmente, Hirakawa expresa su esperanza de que su modesto donativo contribuya a aliviar la situación de los supervivientes.