Toyota preocupada por la falta de interés de los jóvenes japoneses por los automóviles

Prefieren gastar su dinero en gadgets o cosas más prácticas



“Antes no podías invitar a salir a una chica si no tenías automóvil”, bromeó Akio Toyoda, presidente de Toyota, con un auditorio formado por 900 estudiantes de la Universidad de Meiji en un evento que cubrió Bloomberg.

“Todo eso ha cambiado ahora. El dinero se va en facturas de teléfono. Además, el estacionamiento es caro y es fácil moverse por Tokio en transporte público”, afirmó.


Akio Toyoda, que también ejerce como presidente de la Asociación de Fabricantes de Automóviles de Japón, está liderando una campaña que busca promover las ventajas de movilizarse en cuatro ruedas.

El presidente del fabricante más grande del mundo compartió con los jóvenes estudiantes su pasión por los autos y dijo que estos deben ser amados como se aman a los niños o mascotas.

La meta de estimular el interés de los jóvenes por los coches se cumplió a juzgar por el cerca de 90 % de asistentes que aseguró que el discurso de Toyoda había incrementado su interés por los carros. Habrá que ver si eso se traduce en más ventas.


Quizá no tanto. El 60 % de los estudiantes abordados por Bloomberg tras la charla dijo que el dinero (o su escasez) los inhibe de adquirir vehículos.

Edwin Merner, presidente de la firma Atlantis Investment Research Corp. con sede en Tokio, afirma que los jóvenes de hoy no tienen el suficiente dinero para comprar un automóvil.


El salario medio en Japón ha caído un 15 % en los últimos quince años. El 36 % de la fuerza laboral japonesa está formada por trabajadores no regulares (20 % en 1990) que ganan aproximadamente 40 % menos que aquellos que tienen empleo a tiempo completo. Los trabajadores no regulares suelen ser jóvenes.

Y el estacionamiento no es un tema menor. En Tokio puede costar hasta 600 dólares al mes.

Los coches tienen mucho menos importancia para los jóvenes de hoy que hace 20 o 25 años, dice Merner. “Están más interesados en los gadgets, como el iPhone”, añade.

La demanda de automóviles de pasajeros alcanzó su pico en 1990, cuando se vendieron 5,1 millones de unidades. Se calcula que este año se venderán 3,98 millones.

Los veinteañeros con licencia de conducir representan apenas el 13 % del total, la mitad del 26 % que eran treinta años atrás.

Por ello, el reto de compañías como Toyota es que sus productos vuelvan a ser atractivos para los jóvenes.

Toyoda busca atraer a clientes jóvenes apuntando primero a sus padres, lanzando modelos que se acomoden a sus gustos. El interés de los adultos podría incentivar el de sus hijos. El máximo directivo de Toyota alberga la esperanza de que los japoneses de 40 a 59 años, que disfrutaron de la época dorada de los automóviles en Japón, cuando estos eran parte central de sus vidas, siembren en sus hijos la afición por las cuatro ruedas.

No será fácil. Los bríos del mandamás de Toyota deberán vencer la resistencia de estudiantes como Keiko Kato, de 19 años, quien aseguró que si alguien le diera 100.000 yenes mensuales (poco más de mil dólares) para que lo empleara a su gusto, no los ahorraría para comprar un auto, sino que los gastaría en cosas prácticas como un refrigerador, un microondas o un mueble.

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