Primer ministro Abe y embajador de EE. UU. asisten a la ceremonia
La ciudad japonesa de Nagasaki conmemoró hoy el 68 aniversario del bombardeo atómico que sufrió en 1945 en una ceremonia en la que se instó al Gobierno a liderar los esfuerzos de la comunidad internacional para acabar con las armas nucleares.
A las 11.02 hora local, momento en que la bomba «Fat man» estalló sobre la ciudad hace 68 años, miles de personas guardaron en el Parque de la Paz de la ciudad un minuto de silencio, acompañado por los tradicionales tañidos de la llamada Campana de la Paz, en honor de las víctimas que dejó la bomba.
El artefacto, lanzado sobre el valle que concentraba en el norte de la ciudad portuaria gran parte de su tejido industrial, segó al instante la vida de unos 70.000 ciudadanos e hizo que miles más fallecieran en años siguientes a causa de la radiación.
El alcalde de Nagasaki, Tomihisa Taue, pronunció un discurso en el que llamó al Gobierno de Japón, como único país que ha sido atacado con armas nucleares, a liderar la cruzada multinacional para la no proliferación.
También criticó el acuerdo de cooperación nuclear que India y Japón pretenden sellar próximamente y explicó que este tipo de pactos contribuyen, además, a que países como Corea del Norte justifiquen sus programas de desarrollo de armas nucleares.
Por último, recordó que la gestión del agua radiactiva que anega la central nuclear de Fukushima, que a causa del tsunami de 2011 experimentó la peor crisis atómica desde 1986, aún está por resolver y subrayó la incertidumbre que esto genera en los miles de afectados por este accidente.
Por su parte, el primer ministro nipón, Shinzo Abe, intervino para defender los tres principios japoneses de no producir, no poseer y no permitir que entren armas nucleares en el territorio nacional.
La ceremonia de este año congregó a representantes de 44 países entre los que se incluía el embajador estadounidense en Japón, John Roos.
EE.UU. lanzó el primer ataque nuclear de la historia sobre la ciudad de Hiroshima el 6 de agosto de 1945 y tres días después lanzó una segunda bomba atómica sobre Nagasaki, lo que forzó la capitulación de Japón el 15 de agosto y puso fin a la II Guerra Mundial.
Los ataques atómicos sobre las dos ciudades japonesas han sido los únicos que se han llevado a cabo hasta hoy.
En marzo pasado, el número total de «hibakusha», nombre que reciben los supervivientes de estos dos bombardeos, en Hiroshima y Nagasaki era de 201.779, casi 10.000 menos (9.051) que el año pasado, y su edad media de 78,8 años. (EFE)
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