Se especializaba en clientes que preferían mujeres grandes
El canon de belleza femenina contemporáneo apuesta por la delgadez. Sin embargo, hay quienes se apartan del patrón dominante y prefieren la corpulencia carnal. Como algunos hombres en Japón.
En Tokio, la policía arrestó a una mujer acusada de dirigir una red de prostitución “delivery”. La particularidad de su negocio era el sobrepeso de sus trabajadoras: una de ellas marcaba más de 150 kilogramos en la balanza.
La cabecilla ha sido identificada como Keiko Saito, de 41 años, reportó AFP. Tenía bajo su mando a unas 30 mujeres con exceso de peso.
La policía calcula que Saito, una exprostituta, habría ganado unos 400 millones de yenes a lo largo de tres años. La mujer inició su negocio convencida de que las chicas de tallas grandes tendrían éxito entre la población masculina. Sus ingresos le dieron la razón.
Para acceder al servicio, el cliente solo tenía que llamar por teléfono y solicitar a una mujer, a quien recibía en su casa o en una habitación de hotel.